Por: Ing. Gilberto Sánchez
Necesitas hacer a un lado tus situaciones personales, buscar una nueva manera de tratar a tu familia y disponerte a amarla y servirla. Esa decisión está basada en la razón y no en los sentimientos: el padre entiende que lo mejor es proveer para su familia, hace a un lado la flojera y no antepone su criterio o su voluntad.
Si tú no cuidas a tus hijos, nadie los va a cuidar; si cada padre y madre se dedicara a cuidar de sus hijos, el mundo sería totalmente distinto. Por eso, si la familia se derrumba, se derrumba todo. Es importante que te vuelvas a una vida llena de amor, porque cuando no lo hay se causa mucho dolor a los hijos.
Una joven fue muy rechazada y menospreciada continuamente por su padre. Un día, ella se acercó a uno de los consejeros de Esperanza para la Familia con mucho miedo de ser rechazada y humillada. Encontró en el consejero a un amigo que la escuchó. La joven comenzó a llorar y a descargar todo el dolor y amargura que tenía en su corazón por tantos años de ser humillada por su propio padre.
Papá y mamá, ustedes deben ser ejemplo. No pueden exigirle a su hijo que tienda la cama si no tienden la suya, no pueden exigirle que no tome si ve que papá llega borracho a la casa. No puedes exigirles que no digan groserías si tú eres el primero en decirlas, es contradictorio. Cuando el hijo ve que papá dice una cosa, pero hace otra hay un conflicto que los lleva incluso a aborrecerlos, porque sienten que no están siendo sinceros.
La única manera de que puedas ganarte a tus hijos es siendo ejemplo y cambiando. Si quieres que tu hijo no sea violento, no seas violento; si tratas bien a tu esposa y la respetas, ellos van a respetar a ambos y van a tener una familia armoniosa; si eres responsable, tus hijos van a aprender ese modelo. Ellos van a aprender lo que tú les enseñes. Nunca se te olvide que tiene más peso tu ejemplo que tus palabras. Necesitas una nueva actitud. |