Por: Ing. Gilberto Sánchez
Dentro de la formación espiritual, es importante que nuestros hijos sepan que hay un Dios y que ese Dios, les provee, les ayuda, es un Dios que los ama, que es real y que el obedecerle es lo mejor para nuestras vidas.
Aquí volvemos al punto que hemos reiterado en la formación académica y de hábitos: el ejemplo, papá. Tienes que ser ejemplo de modo que los niños vean que tú buscas a Dios.
En México tenemos un terrible problema: prácticamente las iglesias están llenas de mujeres. Generalmente cuando vemos que alguien quiere tomar la rienda de los hijos en lo espiritual, es la mujer. Es decir, el padre no va a la iglesia, no toma esa decisión, no le importa y con esas actitudes transmite un mensaje a los hijos: que Dios no existe y que lo espiritual no tiene trascendencia en la vida.
Luego llegan los niños a este tipo de razonamiento: “Mi mamá me lleva, me enseña que hay un Dios pero mi papá no sale del fútbol, luego se embriaga, se pelea y mi mamá termina igual que él, gritándole…” y todo ese intento de levantar una formación espiritual en casa, se viene abajo porque no están trabajando papá y mamá a la par en la formación espiritual de sus hijos.
Los niños son 100% espirituales, y eso facilita mucho su educación espiritual. A un niño hay que enseñarle a orar, que orar es hablar con Dios, es abrir el corazón, explicarle al Señor la necesidad y suplicar Su ayuda; que lean las Sagradas Escrituras, donde hay principios morales muy sólidos, donde está el testimonio de Jesucristo, que conozcan historias de personajes bíblicos; que aprendan a dar gracias por los alimentos, que aprendan a dar gracias con sus padres antes de dormir; todo ello es muy importante porque como le decía al principio, los seres humanos tenemos una parte espiritual.
Un médico psiquiatría dijo: “Las personas que buscan a Dios en una Depresión, salen de su enfermedad más rápido.” Y es que Dios nos ayuda de muchas maneras y es un Dios real, de modo que en la medida que fomentemos esa vida espiritual, podremos conocerlo y relacionarnos con Él.
Porque finalmente, no estamos hablando de algo fantasioso, fuera de la realidad o místico. El testimonio de que Dios ha ayudado a muchísimas personas es real, el testimonio que Él nos da de que existe, es muy evidente. Hay muchas cosas que hacen evidente Su presencia y Su ayuda, y es en familia donde debe promoverse esa atmósfera espiritual.
Si no existe ese ambiente, la influencia de Dios desaparece y se vive una vida totalmente apartada de Él, trayendo sus debidas consecuencias al hogar. Qué importante es que se fomente entonces, esa vida espiritual. |