La sociedad actual busca la felicidad a toda costa, pero a veces, en su afán de encontrarla, puede herir a otras personas. Cuando uno voltea hacia atrás y observa todo el daño que ha causado, se siente mal, no encuentra la paz; su vida se vuelve una prisión de culpa y resentimiento de la cual no sabe cómo salir. Sin embargo, ¡sí hay una salida! Hay una puerta que puede devolverle al alma la paz y romper esas cadenas que nos atan al pasado.