Cientos de jóvenes sufren en silencio la victimización en las escuelas, hasta el punto de acabar con su vida porque ya no soportan la situación. Lo más importante al enfrentar este fenómeno es no quedarse callado, tanto si se es víctima como si se es espectador. Es necesario hablar y buscar ayuda, pues es un problema que se debe solución en conjunto alumnos, padres y maestros.