La maternidad es una verdadera vocación

Hoy en día se ataca la maternidad. Se ve como cosa anticuada o como algo del pasado el que una mujer tenga hijos. Sin embargo conocemos mujeres admirables y dichosas de tener familias numerosas.

Pero han sabido criarlas, han luchado, y les ha costado pues esta es una profesión que requiere todo el esfuerzo y la sabiduría posibles que pueda tener una mujer en su papel dentro del hogar. Es muy demandante pero también con muchas recompensas.

Una de las características más importantes de la maternidad será que no hay egoísmo en ella ; su amor estará centrado en sus propios hijos, su meta será la crianza de ellos.

La recompensa de la maternidad se verá cuando sus hijos hayan logrado las metas y las realizaciones en sus propias vidas.

Conozco el caso de una mujer que hace poco tuvo el privilegio de asistir a una ceremonia donde se premiaba a su hijo por ser el estudiante más brillante en la preparatoria durante los últimos 10 años. Esa mujer se sintió honrada y bendecida al ver que su hijo recibió de las manos del rector de la universidad el reconocimiento. Se sintió recompensada.

Ser madre es una vocación donde tienes un privilegio muy grande de formar y moldear el carácter de tu hijo; privilegio que no tiene un maestro ni un psicólogo. Tú estarás en contacto diario y continuo con él para formar su mente, su cuerpo, su carácter, inclusive desarrollar sus potenciales interiores para que puedan llegar al éxito en la vida.

Dios preparó a las madres para estar en casa, a pesar de las presiones, de las dificultades. El trabajo puede ser bastante fuerte, sin embargo, es sorprendentemente productivo y además satisfactorio.

En la historia tenemos el ejemplo de grandes madres. Puedo citarte algunas de ellas que lograron criar a sus hijos llegando a ser hombres de renombre.

El texto sagrado por ejemplo, nos dice que había una mujer llamada Ana, la cual era estéril y lloraba delante de Dios por causa de su esterilidad. Ella no lloraba porque no tenía un auto último modelo, no lloraba porque no tenía una casa con lujos o porque no tenía vacaciones. Curioso, Ana lloraba porque era estéril.

Pero Dios en su plan le da el privilegio de concebir hijos . ¿Habrá privilegio más grande en la tierra que llevar en el vientre un hijo y luego darlo a luz para después criarlo y prepararlo? Creo que no lo hay. ¿Qué piensa usted? Ser madre y estar en casa es un servicio digno. Aprovecha esa maravillosa oportunidad de ser madre.

Programa:
¿Hay alguien en casa?: "La vocación de ser madre"
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Las guarderías no sustituyen el amor de una madre
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