Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub
El director del Centro de Estudios de Cerebro del Centro de Informaciones de la Universidad de Dakford en Virginia, dice:
“La corteza prefrontal está a cargo de las funciones ejecutivas. Éstas incluyen la capacidad cerebral de manejar informaciones ambiguas y de tomar decisiones, de coordinar las señales en diferentes regiones del cerebro así como de aplacar o prolongar las emociones que son generadas en el sistema límbico”.
Por ejemplo, a un adulto cuando oye un insulto puede surgirle una rabia asesina, hasta que la corteza prefrontal aclara que el comentario fue hecho para otra persona e indica al sistema límbico que se llame al silencio.
En los adolescentes no ocurre eso. Esta corteza está casi a oscuras cuando se enciende el sistema límbico.
Lo anterior es importante porque la corteza prefrontal actúa de alguna manera como una señal de tránsito en el cerebro, poniendo trabas en otras partes del mismo, incluso en el sistema límbico.
Los investigadores sospechan que cuando hay desequilibrio entre los dos sistemas, surgen problemas para emitir juicios correctos o para controlar las emociones desordenadas.
¿Cómo entonces ayudar a los adolescentes a controlar sus emociones, y que éstas no los controlen a ellos llevándolos a conductas violentas? Necesitan un cuidado paternal profundo. |