El Gran Ausente en el Hogar: El Amor.
"El amor influye en la formación de nuestros hijos "
 

La relación paternal: clave en el desarrollo del adolescente.
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Es tan importante la relación paternal en el desarrollo de la adolescencia. Cuando esto no se entiende, los padres toman tan a la ligera el asunto del desarrollo del cerebro del adolescente que dejan pasar esa preciosa época en la cual pueden entrenar al niño para que pueda formar un carácter auto-disciplinado.

El niño que cuenta con el apoyo de los padres puede:

  • aprender a controlar sus propias emociones
  • obedecer
  • respetar a sus superiores
  • amar a su prójimo
  • hacer el bien
  • tener valores morales que le permitan frenarse de las pasiones que destruyen su vida.

Pero cuando falta el amor de los padres, se daña al niño de tal manera que, si en su infancia no tiene el apoyo de sus padres para entrenarle en su conducta, habrá una notoria indisciplina, como lo vemos en las escuelas. Muchas maestras se desesperan cuando tratan con niños así y nos comentan : “...son niños tan rebeldes; no puedo dar la clase, no puedo controlarlos, no me hacen caso. Cuando llamo a los padres de familia, empiezan a defender a sus hijos y a decirme de cosas. Al final no tengo su cooperación. Son niños terriblemente indisciplinados”.

¿Por qué todo esto? Porque está comprobado científicamente que los niños necesitan la relación paterna en los primeros años de vida, en la adolescencia y en la juventud, para entrenar y moldear sus cerebros.

La ciencia indica que en los adolescentes la corteza prefrontal no está plenamente madura y esto limita hasta cierto punto su capacidad para tomar las decisiones correctas, especialmente bajo la presión de emociones. Cuando nuestros hijos no saben actuar bajo presiones, toman decisiones incorrectas. De ahí la importancia en entender que ser padre es una vocación, una carrera, una profesión, que implica primeramente compromiso.

El compromiso es precisamente la definición de amor que he encontrado más completa en los diccionarios: comprometerte en una forma desinteresada, a buscar el bien de tus hijos como padre y madre de familia. Este compromiso de amor con tus hijos te llevará a instruirlos, entrenarlos y disciplinarlos de tal manera que su cerebro se pueda formar y llegar a la madurez.

Ellos deberán tener el apoyo de sus padres mientras aprenden a controlar sus emociones, tomar decisiones bajo presión o emitir juicios morales correctos entre el bien o el mal.

El cerebro de tu hijo es muy moldeable. ¡Dirígelo bien!
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