Por: Dr. Octavio Maldonado

Hoy abordaremos un tema muy importante: la responsabilidad que les corresponde a los padres en la formación del carácter o la personalidad de sus hijos.

A manera de introducción quisiera relatar el testimonio de un niño de alrededor de 9 años, quien era considerado como un “niño de la calle”.

Este niño vivía en un edificio abandonado y tuve la oportunidad de estar con él y de entrar a ese edificio. El olor era terrible, lleno de moscas, de ratas y había gran cantidad de desechos humanos.

¿Qué hacía ahí un niño de 9 años de edad, viviendo en un edificio abandonado junto con otros niños? El estaba ahí porque originalmente había vivido en otra ciudad porque su padre era un alcohólico, una persona que acostumbraba golpear a su mamá y además abusaba físicamente de ella, de él y de sus hermanos.

Él después de estar meditando en esta situación decidió salirse de su casa y buscar refugio en otra ciudad. Ahí fue donde yo lo conocí y me platicó la razón por la que vivía en otra ciudad y el por qué prefería vivir en estas condiciones infrahumanas que estar en su casa.

Lo que más me impactó de este jovencito fue cuando me platicó que tenía guardada una daga, una especie de arma punzo-cortante y que sólo estaba esperando crecer un poco más para regresar a su ciudad de origen y matar a su padre.

Tenía grandes deseos de matarlo cuando fuera grande, simplemente por una venganza por haber observado todo ese daño que le hacía a su madre y a sus hermanos.

Desgraciadamente como muchos niños de la calle, sus ideas no las pudo llevar a cabo porque alrededor de uno o dos años después, este pequeño fue encontrado muerto en una alcantarilla, con signos de haber sido abusado sexualmente.

Yo me pregunto: ¿este niño de 9 años era culpable por ese comportamiento o tendencia homicida, o ciertamente el papel que había jugado su padre en la evolución de su carácter y personalidad había sido un factor determinante?