Por: Dr. Octavio Maldonado

El diseño ideal es el matrimonio para la felicidad del hombre. Uno solo que se decida a tomar su papel en ocasiones es suficiente para que se corrija el matrimonio. La responsabilidad está delante de nosotros, el diagnóstico también.

¿Por qué fracasan los matrimonios? Porque hay ignorancia acerca de lo que es un matrimonio, porque no hay respeto de los roles, porque no hay amor y hablamos no del sentimiento sino de la acción; porque hay falta de aplicación de los principios.

El diagnóstico es sencillo y usted lo puede ver en su propia vida y el tratamiento también es sencillo: corregir aquello que sabe que usted no está llevando a cabo de forma adecuada.

Tiene usted muchas personas que pueden ser afectadas después de una decisión de separación o de divorcio, principalmente lo hemos dicho: los afectados son los hijos que en la gran mayoría de los casos aún son niños y no entienden, no pueden discernir qué es lo que está sucediendo y esto los afectará en su desarrollo futuro, tanto emocional como socialmente, por esto es que se repiten muchas veces las conducta que vieron en el hogar.

Es impactante ver cuántas veces los hijos repiten las mismas conductas que ellos desaprobaron en otro tiempo cuando las vieron, pero se ven involucrados en estas situaciones en forma cotidiana, en sus vidas, que posteriormente las llevan a cabo.

Piense en los hijos, que son los mayormente afectados tanto en su desarrollo como en sus futuras relaciones; piense en su pareja, piense en su familia en general, piense en la destrucción que puede traer un divorcio o una separación.

Tenemos que entender que la responsabilidad de que el matrimonio funcione no está en las demás personas sino en cada uno de los dos que conforman la pareja.

Cada uno tiene sus roles, cada uno tiene sus responsabilidades y esto no se puede delegar, tenemos cada una de las partes que tomar el rol que corresponde. ¿Por qué fracasan los matrimonios? Porque hay ausencia de la toma de estos roles.

Quisiera finalmente despedirme diciendo que la verdadera felicidad del hombre y la mujer la van a encontrar cuando estén dispuestos a darse, a sacrificarse, a tomar los compromisos y las responsabilidades sin poner en primer lugar las emociones o los sentimientos, porque le recuerdo la frase: “Mejor es dar que recibir”.