Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub
Culpabilidad.
Las víctimas de abuso sexual, tienden a tener un sentimiento de culpabilidad paralizante.
Si las personas en quienes confiamos y a quienes necesitamos cuando somos pequeños o jóvenes nos maltratan de una forma que resulta una invasión a nuestra persona y una profunda traición a nuestro cuerpo, no podemos entender más que dos cosas: o es culpa de ellas, y moriremos porque dependemos de ellas para subsistir, o es culpa nuestra .
El niño dice: “probablemente haya sido mi culpa” , el niño crece con ese sentimiento de culpabilidad.
Judith Wiler, terapéutica clínica dice: “La mayoría nos adjudicamos la culpa”
Las investigaciones de Voltier y Bolton, reportan una reacción nada extraña entre las víctimas del abuso sexual con el ejemplo de una joven cuyo maltrato por parte de sus parientes empezó a la edad de 7 años y dijo: “Me siento muy mal conmigo misma por haber permitido que esto pasara y que continuara durante tantos años”.
¡Cómo podrá defenderse una criatura en esta edad inocente de un explotador sexual, de un familiar dentro de la casa y luego culparse a sí misma durante toda la vida!
Vergüenza e impotencia.
Otro sentimiento como resultado de ser abusado sexualmente es la vergüenza , que es prima del sentimiento de culpa.
El Dr. Mc Dowell dice: “Mientras la culpabilidad se enfoca en las acciones de la persona, la vergüenza se centra en el “yo” de la persona”.
Las víctimas a menudo describen su vergüenza con palabras como: sucia, inmunda, repugnante y mala: “Fui maltratada y violada siendo una niña de 6 años; toda mi vida me he sentido sucia, una basura, que no valgo nada”.
Tales sentimientos son trágicamente comunes entre las víctimas del abuso sexual y también los sentimientos de impotencia de poder salir de ese estado emocional, de ese trauma psicológico. |