El Perfil Psicológico del Abusador Sexual Infantil
 

Un lobo con disfraz de oveja.
 


Por: Dr. Octavio Maldonado

Yo le expresaba al niño que siempre y continuamente tenía cosas especiales para él y que nuestra relación era especial, así como ella era especial. También le expresaba a la víctima que al hacerla sentir bien a ella, ella me hacía sentir bien a mí, esto creaba un sentimiento de una responsabilidad dual y sobre todo una creencia.

El niño creía, o la niña creía, que ella era responsable y por lo tanto no podía hablar, yo le decía a la niña que los dos sabíamos perfectamente que estábamos haciendo algo malo y que no lo deberíamos de volver a hacer, de tal forma que yo creaba una responsabilidad mutua para que entonces la víctima no lo dijera.

Yo cultivaba la relación con los padres y los manipulaba, y también hacía lo mismo con la víctima, yo le enfatizaba al niño en la presencia de sus padres, cuánto disfrutaba de estar con ella y de esta relación especial.

Después lo hacía en forma contraria, les decía a los padres en la presencia de la niña, cuánto apreciaba la respuesta de la niña hacia mí y el progreso social y espiritual que observaba en ella, la víctima por lo tanto creía que sus padres aprobaban la relación. Yo le expresaba a la niña cuán tristes se sentirían sus padres si supieran que hacíamos estas cosas feas juntos, y yo sabía que ella nunca iba a decir.

Nuevamente el niño elegía no poner tristes a sus padres, ni tratar de traer una desilusión. Yo le enfatizaba a la víctima: “no me debes dejar de hacer, no me debes dejar que te haga esto, yo te amo, y nunca jamás te quisiera lesionar por lo tanto no me dejes hacerlo”, sabiendo bien que esa no era su opción, de esta forma yo ponía la responsabilidad en la víctima, haciéndola pensar que era la culpa de ella, de esta manera ella tampoco hablaría.

Yo solamente le decía “por esta vez y ya nunca más”, ella por lo tanto accedía a una experiencia dolorosa, a una situación embarazosa y por lo tanto no lo diría, para poder tener esta atención especial y este favor especial de mi parte, yo le decía también a algunas de mis víctimas que si alguien sabía de esto yo probablemente me metería en problemas y tendría que irme y buscaría entonces a otra persona y ya no me volverían a ver.

Yo enfatizaba que ella entonces también se podía meter en problemas y de esta manera yo le decía “te voy a extrañar y ya no vamos a poder tener esta relación entre tú y yo”, después le recordaba a ella de todas las cosas especiales que yo había hecho por ella. 

 

 
Un lobo con disfraz de oveja
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