Por: Profr. Roberto Durán

Todas las parejas han vivido situaciones bastante difíciles en los maltratos, en las presiones, en las deformaciones de carácter, en las agresiones. Y todo ello ha sido alimentado recurrentemente a través del tiempo. Por ello es que viene la desesperanza y un decir “no se puede”.

Pero usted debe tener la actitud correcta para reconocer todo lo que está mal en usted primeramente. Si usted no reconoce sus faltas no podrá salir de esto, primeramente vea las faltas que usted ha cometido en contra de su pareja.

Una vez que usted ha reconocido todo ello vaya y pida perdón. Posteriormente podrá ver la abertura para platicar de una manera más profunda.

En una ocasión tuvimos un taller de matrimonios específicamente en esta etapa donde la relación matrimonial estaba muy desgastada, la problemática muy arraigada, entonces les propusimos que hubiese una luna de miel, sí ¡después de 15 años de casados!

Cuando se les propuso esto todos dijeron que ya estaban un poco grandes para eso. Generalmente la luna de miel se le relaciona con cuestiones conyugales, con el deber conyugal, pero es más que eso. Es un reencontrarse con su esposo o su esposa, un volver a mirar las cosas que se han hecho mal, un recomenzar, un nuevo principio.

Usted puede tener un cambio si tiene ese acercamiento a su pareja, ese reconocimiento de lo que usted ha hecho mal, ese arrepentimiento sincero para cambiar para bien, para hacer feliz a su esposa o esposo y de esta manera recomenzar en una relación satisfactoria, feliz, romántica y plena.

Esta es la invitación que le hacemos. Seguro es que si usted lo pone por obra habrá un cambio radical y para bien, no solamente en la relación matrimonial sino también en toda la relación familiar.