La vocación del matrimonio
 

¿Tienes vocación para el matrimonio?
 


Por: Profr. Roberto Durán

¿Cómo saber si usted tiene o no esa vocación matrimonial? Le daré algunas evidencias de las personas que no la tienen.

Son egocéntricas , ven sólo por ellas mismas y dicen: “el culpable de todo esto es mi cónyuge, no yo”. Siempre están pensando solamente en sus intereses, en lo que sienten y en lo que quieren y nunca en amar, perdonar y darse.

Yo le llamo a eso el “efecto tráiler”. Es como si dos tráilers estuvieran de frente en una calle angosta; mientras uno no ceda, no podrán pasar. Así es con los matrimonios. Una persona egocéntrica jamás reconocerá que se ha equivocado. Siempre estará pensando en lo que da.

¡Que diferente a aquella persona que ama! Que está contenta en darse, en soportar con paciencia a su esposo, en vivir para su esposo. Pese a todo lo difícil que esto pudiera parecer, hay gusto en ello.

Pero las pláticas del egocéntrico son superficiales, no hay una comunicación profunda, y aquí es donde continuamente encontramos que la pareja no tiene esa vocación matrimonial, no saben llegar al corazón de la otra persona, no saben lo que hay, lo que piensa, lo que siente, sino que es compromiso externo y nadamás, no hay comunicación.

Por consecuencia también no hay disfrute de la relación matrimonial, no hay gusto por estar con la persona, por convivir, a veces el marido prefiere estar en los negocios, con sus compañeros de trabajo, y ahí lo puede usted ver libre, sonriente, haciendo bromas, disfrutando de la vida con ellos.

Pero lo pone usted frente a su esposa, y pareciera que se transforma, no tiene nada de que hablar, no hay ese disfrute y libertad. ¡Qué terrible es que las personas disfruten más el compañerismo de otros seres humanos, que la relación con su pareja!

También en las personas que no tienen vocación matrimonial, siempre hay una idealización de otra persona y continuas comparaciones. La persona insatisfecha va a estar idealizando a otra o a otro, “si mi esposa fuera como fulana de tal” , “si mi esposo fuera como fulano de tal”.

Esto a veces lo manifiesta al cónyuge, pero en muchas ocasiones no lo manifiesta, sino que está en sus pensamientos. ¿Así se encuentra usted? El matrimonio de las personas que no tienen vocación matrimonial, está lleno de amarguras y resentimientos, hay una falta de perdón en todas las cosas.

Sólo nos unen nuestros hijos
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