La vocación del matrimonio
 

Sólo nos unen nuestros hijos
 


Por: Profr. Roberto Durán

A las personas que no tienen vocación matrimonial, lo único que los une son los hijos, pero ya no el amor matrimonial; el disfrutarse mutuamente, el estar contentos por vivir juntos, eso hace fuerte la relación matrimonial.

Pero muchos dicen “por mis hijos estoy contigo, no creas que yo siento algo por ti” . Entonces viene una preferencia, el desequilibrio en la balanza por los hijos, ellos se convierten en el refugio de la madre o del padre, con los hijos si se convive, hay alegría, hay una satisfacción, todas las cosas son bien, pero viene el marido y todo se trasforma, no hay esa interacción.

Viendo todas estas cosas yo le quiero preguntar, con toda libertad, ¿Tiene usted vocación matrimonial? O ¿Usted se ha encontrado falto en alguno de estos puntos? ¿Usted reconoce en estos momentos que su matrimonio no está en ese punto de equilibrio, que la balanza está del otro lado con los hijos, pero que en la cuestión matrimonio hay un caos?

Si usted en verdad ha reconocido todo esto, yo le tengo una noticia: ¿qué es lo que pasa cuando la balanza está inclinada hacia algún lugar? Obviamente usted tiene que aplicar peso hacia el contrapeso para que se genere el punto de equilibrio.

La vocación matrimonial es un aprendizaje continuo, no es algo con lo cual alguien nace; tampoco es un asunto irremediable, es algo que se puede aprender cuando hay voluntad, puede cambiar cuando la persona tiene la intención de hacerlo.

Yo lo invito a que usted comience a dar peso a su matrimonio, a ser responsable, acuérdese que desde el momento en que usted se casó tiene un compromiso para toda la vida con su esposa y su esposo, el compromiso de amarlo, respetarlo, dedicarse a él o ella y comenzar una nueva vida, comenzar a darle peso, a trabajar en el matrimonio para que la balanza quede perfectamente equilibrada.

Esto llevará su tiempo como todas las cosas, todo lo que se construye, las grandes obras, los proyectos grandes, no se hacen de un día para otro, si usted ve un edificio, verá que ahí se invirtió tiempo, trabajo, ingenio y mucho esfuerzo; fue a través de dedicación, de igual manera el matrimonio, y no podrá usted cambiar en un día lo que se ha afectado durante muchos años.

Pero si usted comienza a trabajar en la cuestión matrimonial, entonces comenzará a ver cambios, en su esposo, en usted, en la relación, de tal manera que eso será algo que continuamente esté renovándose para facilitar el matrimonio.

Déle peso a esa balanza si usted se encuentra falto en ello, entonces podrá usted tener un equilibrio en la cuestión matrimonial.

Si usted se piensa casar, entienda que la vocación matrimonial se aprende, vea usted la problemática de sus padres, de diferentes matrimonios, sobre todo aquellos que llevan tiempo, vea usted las diferencias que hay continuamente en los matrimonios, aprenda de ello, entonces comience usted a buscar esa vocación matrimonial, si en verdad piensa tener la responsabilidad y el compromiso de casarse.

La vocación de ser padres
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