La autoestima de los niños
 

Cada ser humano tiene un valor incalculable
 


Por: Profr. Roberto Durán

El ser humano, por el hecho de ser una persona, tiene un valor infinitamente grande. No importa su cultura, ni su contexto social. Nosotros como padres, debemos de entender que cada uno de nuestros hijos tiene un valor incalculable.

La verdad es que la niñez no se está valorando. Cuántas personas ven a sus hijos como una carga, como un problema, como un gasto. Se comienza a ver al ser humano no con el valor que tiene sino como un problema, como una desgracia.

¿Por qué es importante tener la perspectiva de valorar a los seres humanos? Porque si yo tengo algo de valor entonces lo voy a cuidar, lo voy a llevar a un banco a guardar, pero si tengo algo que no vale, lo voy a dejar donde sea, no lo voy a cuidar, no lo voy a apreciar, no lo voy a valorar.

Si yo como padre veo a mis hijos como una carga o alguien que no tiene valor, entonces en automático yo estoy afectando la autoestima de mis hijos porque así los voy a tratar, porque para mí no van a ser infinitamente valiosos. Para mí como padre será valioso el trabajo, mis amigos, lo que me provea satisfacción, pero no mis hijos.

Necesitamos renovar el concepto que tenemos de los pequeños. Cada uno de ellos tiene un valor incalculable.

¿Eres padre de familia, abuelo, tío, tienes relación con niños? Debes de comprender algo muy importante: cada uno de ellos tiene un gran valor, una dignidad, y ese valor no cambia. Cada uno es un gran tesoro.

El artista Benjamín West, pintor, en una ocasión lo entrevistaron y le preguntaron por qué escogió ser artista y no médico o ingeniero. Él respondió lo siguiente:

“Cuando mi madre salía de casa yo sacaba los óleos e intentaba pintar. Era apenas un niño de cuatro años. Eso implica manchas en el óleo, en la pared, en el piso, en la ropa y por todos lados. Un día dejé todo mal y descompuesto, mal hecho. Esperaba limpiar el lugar antes de que mi madre llegara ya que estaba todo hecho un caos.

Mi madre llegó un poquito antes y al observar todo lo que había hecho, esperaba que me diera palabras de reprobación. Pensé que me iba a decir: “eres un sucio” o “no sabes pintar”. Pero mi madre se quedó callada, observando todo lo que había y dijo: “mira, qué pintura tan hermosa de tu hermana”. Me dio un beso en la mejilla y se fue. Con ese beso me hice pintor”.

Un niño de cuatro años. Su madre reconoció el talento y la habilidad para pintar. Le dio palabras de aliento y desde ese momento nació un pintor.

Cada uno de nuestros hijos tiene diferentes talentos, habilidades y capacidades. Nunca haga comparaciones de un hijo con otro, todos son diferentes. Usted necesita observar a sus hijos.

¿Cómo incrementar la autoestima en los niños?
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©