La formación del carácter de los niños: La obediencia y la autoestima
 

¿Cómo se forma el carácter?
 


Por: Profr. Roberto Durán

El carácter se forma en cada circunstancia difícil que al niño se le presenta.

En lo personal, cuando tengo que viajar por largo tiempo y tengo la necesidad de llevar a mi familia, a veces los niños comienzan a estar malhumorados por la fatiga del viaje, la incomodidad, etc., y es en ese momento cuando aprovecho siempre para estarles formando un carácter a mis hijos .

¿De qué manera? Les comienzo a preguntar cómo reaccionaría otro niño en las circunstancias que se encuentran en este momento, y ellos responden que otro niño estaría malhumorado, o contestaría de mala manera o estaría muy inquieto, peleando.

Yo les digo que efectivamente eso es lo que haría cualquier otro niño, “pero tú eres diferente y en esa circunstancia no debes reaccionar como toda la gente lo haría, sino de una manera positiva, alegre y optimista; en medio de una situación como esta, tú eres la diferencia”. Debemos aprender a aprovechar cada oportunidad.

Continuamente debemos estar instruyendo a nuestros niños. Cuando un niño sufre una derrota, tiene una presión grupal en la escuela o está atravesando una situación difícil ya sea con sus hermanos, con sus padres, en una enfermedad, pero si usted le enseña a tener una actitud correcta, usted le está formando carácter.

Le daré un ejemplo: En una universidad existía un joven cuadripléjico. No podía mover sus extremidades, tenía muchas limitaciones físicas. Pero este joven era un estudiante de calidad, se superaba en la vida con una actitud correcta, y en una ocasión escuchó que en esa universidad había una persona con el mismo problema.

Lo primero que sintió fue un deseo de ir a conocer a ese otro joven, y se pusieron de acuerdo para platicar. El otro joven siempre se quejaba, estaba enojado en contra de la vida. Se preguntaba porqué le pasaban a él esas cosas, comenzaba a maldecir, todo lo veía oscuro y negativo, tenía una actitud negativa hacia la vida. Le echaba la culpa a los padres, a las circunstancias, a todos.

Cuando el joven que tenía un carácter y actitud correcta oyó al otro joven, no dejó de decirle: “mira yo estoy en la misma condición que tú, pero mi madre me ha enseñado a amar la vida, que en los momentos difíciles debo de tener una actitud correcta y ser alegre aún en medio de las circunstancias. Mi madre me enseñó a vivir la vida ”.

Aunque tenían el mismo problema, la forma de ver las cosas era totalmente diferente. Eso hace la diferencia en el carácter. Necesitamos formar el carácter de los niños. Esta es la diferencia entre un triunfador y un fracasado.

Cuando el carácter se ha formado y se ha forjado, entonces es algo que brilla, como el diamante, en cualquier lugar. Es algo que vale, que va a permanecer y que va a marcar para bien a la persona y le va a hacer una grande bendición.

Primera virtud: La obediencia
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