La formación del carácter de los niños: La obediencia y la autoestima
 

Primera virtud: La obediencia
 


Por: Profr. Roberto Durán

A continuación expondré dos virtudes que debemos estar formando en nuestros hijos, para forjar el carácter en ellos.

Iniciaremos con la primera: la obediencia. Primeramente, el carácter se va formando en diferentes áreas de la vida. Vuelvo a tomar el ejemplo del diamante. Tiene muchas caras, cada una de ellas ha sido finamente tallada. Cada cara no es algo aparte del diamante, todas las caras juntas son el diamante. Y así es la formación del carácter.

Podemos hablar del carácter en diferentes aspectos, pero al fin y al cabo es la personalidad del individuo. Cuando entendemos esto entonces vamos trabajando en diferentes virtudes del ser humano.

La obediencia es una de las virtudes del carácter más importantes. Enseña al niño la virtud de obedecer y después enséñale todo lo que quieras.

En todas nuestras relaciones, en la sociedad, en nuestro trato y convivencia con nuestros semejantes siempre estamos sometidos a una autoridad. Desde que nacemos estamos bajo una autoridad, la de nuestros padres. La relación de autoridad no se va a quitar nunca de nuestras vidas.

Uno de los generales de Abraham Lincoln, llamado Ulises Grant, fue muy exitoso, de los mejores generales de Lincoln, reconocido y alabado por ello. Continuamente le decían a Ulises: “oiga, ¿sabía usted que las decisiones de Lincoln son torpes?”

Ulises siempre contestaba: “si el presidente está tomando decisiones erróneas, si su política es correcta o incorrecta, esa no es mi función, eso no es mi trabajo, mi trabajo es ganar las batallas y eso es lo que estoy haciendo”. Él estaba sometido, tenía obediencia.

Las personas que han sido educadas en la obediencia son personas que entienden la función de someterse a una autoridad. ¿Por qué los jóvenes se rebelan contra la autoridad de sus padres? Porque no han entendido lo que es una verdadera autoridad, piensan que la tiranía de sus padres les impide ser felices, porque les están restringiendo las salidas, las amistades, la libertad que tanto anhelan.

Pero el problema no es ese. El problema es que a estos jóvenes no se les enseñó lo que es la obediencia a una autoridad porque cuando alguien es instruido en ello entenderá que se someten a alguien de forma voluntaria porque es correcto.

¿Cómo enseñar la obediencia?
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