Introducción.

Un día, cuando el Conde se encontraba desayunando en un café al aire libre, Lola pasó par ahí montada en su caballo y sufrió una oportuna caída “accidental” y aterrizó a los pies del Conde. El conde corrió en su auxilio, quedó encantado con ella y le prometió presentarle a Luis de Baviera.

Dispuso una audiencia con el rey, pero cuando Lola llegó a la antesala oyó que Luis de Baviera decía que se hallaba demasiado ocupado para encontrarse con una extraña que necesitaba favores.

Lola apartó a los guardas e ingresó a la sala donde se encontraba el rey. En el forcejeo con los guardias su vestido se desgarró de la parte delantera. Algunos dicen que lo hizo ella misma, quizá uno de los custodios. Finalmente fue un hecho planeado.

De manera que ante la mirada atónita de todos y sobre todo la del rey, sus pechos desnudos quedaron al descubierto. Lola obtuvo su audiencia con Luis de Baviera. 55 horas después Lola debutó en los escenarios bávaros.

Las críticas fueron espantosas, pero ello no impidió que el rey le consiguiera más actuaciones para ella. Según sus propias palabras, Luis de Baviera había sido “hechizado” por Lola.

Empezó a aparecer en público del brazo con ella y le compró y amuebló una vivienda en una de las zonas más elegantes de Munich, a pesar de que tenía fama de tacaño comenzó a ser afecto a las extravagancias, a colmar a Lola de regalos y escribirle poemas de amor y a convertirla en la amante favorita del rey. Fue lanzada a la fama de la noche a la mañana.

Lola comenzó a perder su sentido común. Cierto día durante una de sus cabalgatas vio a un hombre mayor que cabalgaba más adelante. Con demasiada lentitud para el gusto de ella y como no conseguía pasarlo comenzó a golpearlo con el látigo.

En otra ocasión sacó a su perro a pasear sin llevarlo de la correa, cuando el animal atacó a un transeúnte, Lola en lugar de ayudar al hombre lo golpeó con la correa del perro.

Incidentes de este tipo enfurecían a los conservadores de Baviera. Pero el rey defendía a Lola contra viento y marea e incluso le consiguió la ciudadanía bávara. Quienes conformaban su entorno trataron de advertirle de los peligros que entrañaba aquella relación, pero el rey despedía a todo aquel que osaba criticar a Lola.

Parecía que este hombre no escuchaba, pues la influencia que ejercía Lola sobre él era tremenda.

Programa:
La formación del carácter de los niños II: Las pasiones
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