La importancia del carácter

La formación del carácter en los niños es muy importante, porque van a ser los futuros ciudadanos del día de mañana. Algunos políticos, otros licenciados, abogados o doctores. Para ello se requiere personas con un carácter estable, que hayan sido formadas en su carácter, que tengan sus pasiones gobernadas y sometidas.

Aristóteles en “Ética a Nicodemo” dice lo siguiente:

Cualquiera puede ponerse furioso -todos tenemos la capacidad de hacerlo- eso es fácil, pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto y de la forma correcta eso no es fácil”.

Se requiere dominio propio, tener carácter para que las pasiones no gobiernen la mente y se cometan imprudencias de la que nos arrepintamos.

La formación del carácter es importante para tener sometidas nuestras pasiones y sentimientos y porque tenemos que relacionarnos con todas las personas, desde que nacemos, en una familia, en la escuela, hasta que somos adultos y ancianos, siempre tendremos la necesidad de relacionarnos, es algo que es inherente y necesario.

En la vida cotidiana la gente es impulsada continuamente por sus pasiones. Siente molestia, contestan de mala gana, están alegres, se sienten muy bien y las ves sonrientes pero según el estado de ánimo es como las personas reaccionan. Muy pocas personas, son estables emocionalmente y tienen dominio y control sobre sus pasiones.

En el mundo en el cual estamos viviendo las personas están saliendo fuera de control, por las presiones, el estrés, las angustias o preocupaciones. De tal manera que dentro de la misma sociedad se ha buscado la forma de aliviar estas pasiones desbordadas, buscando un alivio a través de la psiquiatría, de la psicología, neuróticos anónimos, etc.

Muchas personas creen que una vez que ha estado viviendo en los continuos enojos, altibajos emocionales, etc., ya no podrá salir de ahí.

Se puede tener control de las emociones cuando se nos educa desde temprana edad y si somos adultos y entendemos que nuestras pasiones nos gobiernan también podremos salir de todo esto.

Un antiguo relato japonés:

Un belicoso samurai, guerrero japonés que desafió en una ocasión a un maestro Zen. Los maestros Zen son personas cultas y que tienen la facilidad del pensamiento. Y este belicoso samurai le dijo que le explicara el concepto de cielo y de infierno pero el monje respondió con desdén: “ No eres más que un patán, no puedo perder el tiempo con un tipo como tú” .

Herido en lo más profundo, el samurai se dejó llevar por la ira, por el coraje, desenvainó su espada y gritó: “podría matarte por lo que acabas de decir, por tu impertinencia”, tranquilamente el monje le dijo las siguientes palabras : “eso es el infierno”.

El hombre desconcertado por un momento sabiendo que había sido ilustrado por el maestro Zen, reaccionó, sometió su pasión y su ira, y con respeto le dijo al monje : “le agradezco por la enseñanza que usted me acaba de dar” . El monje con una mirada serena le dijo: “eso es el cielo”.

La ira viene, las pasiones o sentimientos vienen en cualquier momento y quieren gobernarnos, pero debemos aprender como someterlas.

Hoy en día la gente dice que está neurótica y que no se aguantan más; maridos o esposas que tienen cambios de personalidad porque son gobernados por sus pasiones. De repente un hombre tranquilo cambia a un estado emocional y se vuelve agresivo, iracundo y que no tiene control sobre su boca ó una mujer que de repente está en un estado apacible y de repente cambia por la pasión de los celos y se vuelve ofensiva, agresiva e insoportable.

La ira es una pasión que está dentro de nosotros que estalla y nos es prácticamente imposible someterla. Pero no es imposible, es algo perfectamente posible.

Programa:
La formación del carácter de los niños II: Las pasiones
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Cómo someter las pasiones
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