El autismo es un desorden en el desarrollo. Algunas personas nacen con él. No es algo que se contagia, más bien tiene qué ver con una afectación en el cerebro y hace que las personas tengan dificultad para poderse relacionar o interactuar con otras personas.

Las personas que tienen autismo, tienen un desarrollo tardado del lenguaje y prefieren pasar tiempo a solas, muestran poco interés en hacer amigos, y otra característica es que sienten una sobrecarga a nivel de los sentidos: los ruidos son demasiado molestos para ellos.

Algunos pueden tener algún grado de retraso mental, otros un nivel bajo o alto de inteligencia.

No todas las personas con autismo tienen los mismos síntomas, al contrario, es un abanico de síntomas que se puede abrir con una gran diversidad. Una de cada 500 personas padece autismo y es 4 veces más común en los hombres que en las mujeres.

Parece ser que aunque los doctores no saben la causa exacta de este desorden mental, los investigadores piensan que puede estar ligado a las diferencias en los neurotransmisores químicos del cerebro.

Estas diferencias pueden estar en nuestros genes, familias que tienen un niño con autismo, tienen el riesgo de tener otro con autismo o un desorden similar.

Los maestros de la escuela, los doctores, los padres de familia, y todas aquellas personas que rodean al niño, deben estar atentos para ver cuál de estos síntomas o cuál de estas enfermedades están afectando a los pequeños.