Papá, eres el artista que esculpirá la forma de tu hijo

Justamente el tiempo de la pubertad, cuando el cerebro se está desarrollando hasta los años adultos, es un tiempo crítico, y es como si los padres fuéramos a esculpir una escultura y tenemos solamente la piedra.

Reflexiona en quién será el artista que va a esculpir esa piedra, que hará que ese bloque pueda tomar una forma preciosa. Es el padre de familia.

Como padres de familia somos artistas que ayudamos al desarrollo sano del cerebro de nuestros hijos. Ayudamos a que el cerebro elimine partes que no necesita y que no pierda aquellas que le son provechosas.

El papel de los padres es fundamental, y está demostrado que el afecto es causa principal del desarrollo saludable del cerebro en nuestros hijos.

Una atmósfera agradable en el hogar es importantísima para que nuestros hijos puedan tener un desarrollo cerebral óptimo.

Es cruel e irónico naturalmente hablando, que en el cerebro a esta etapa tan vulnerable de los 11, 12 ó 13 años de edad experimenten nuestros hijos las drogas o el alcohol.

El doctor Dave, especialista en neurociencias, dice: "Cuando estoy trabajando con los adolescentes, les muestro las curvas de desarrollo del cerebro en ellos y cómo logran un grado máximo de desarrollo en la pubertad, pero luego viene la poda, y la eliminación de aquellas partes que no se utilizan y les explico lo que hacen las drogas y el alcohol en ese momento, que no afectarán a su cerebro solamente esa noche que se embriagaron o que se intoxicaron con marihuana, crack o cocaína, sino que afectarán a su cerebro para los siguientes 80 años de vida ". Anótelo usted: ¡80 años de vida!

La responsabilidad de formar a los hijos es de los padres

Además del principio científico tenemos el de las sagradas escrituras. Dice en Efesios 6:4 "Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor".

En otras palabras, los padres somos responsables de criar a nuestros hijos en esa etapa tan delicada como es la adolescencia. Somos los responsables de disciplinarlos, de ayudar a que ellos aprendan a tener control sobre sus emociones, a que aprendan a leer abundantemente, a desarrollar su cuerpo saludablemente mediante el deporte, una alimentación sana, un hogar saludable.

Pero también darles los principios sagrados, enseñarlos a amar a Dios; esto traerá una estabilidad espiritual que es más profunda todavía que la emocional y que proveerá lo que la estabilidad emocional no da, como el amor, el gozo, la paz que vienen de Dios, que muchas veces los libros no proveen, o que los padres no sabemos cómo derramar dentro de nuestros hijos.

"El amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado", dice la sagrada escritura en el libro de Romanos capítulo 5.

Los padres de familia que son verdaderos cristianos, que son temerosos de Dios, de guardar sus mandamientos y ponen a Cristo como el primer lugar en sus vidas, entenderán todo esto en una forma sencilla y natural, porque el Espíritu Santo dirigirá los pasos a criar a sus hijos.

El padre verdaderamente cristiano entenderá que sus hijos necesitan crianza, que no es nada más darles comida, vestido y universidad, sino es establecer vínculos, comunicación, relaciones, afecto, transmitirles un ejemplo y una conducta aceptable, fomentar una atmósfera saludable en el hogar que pueda proveer para los hijos aquellas cosas que son tan importantes y tan necesarias en sus vidas.

 
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