El padre que sabe proteger

Ante toda la ola de mortales influencias que hay alrededor de nuestros hijos, ellos necesitan que en el hogar se les instilen principios puros, de amor, principios del bien y del mal, principios de reglas de conducta, de ejemplo, principios sagrados que los puedan llevar a respetar su cuerpo, a respetar al prójimo, a respetar a Dios. Instilarles esperanza para que no estén deprimidos.

¿Cuántos hijos tienen ya el pensamiento de quererse quitar la vida? Y cuántos niños que por falta de un hogar con principios sagrados fueron abusados a través de golpizas o en una forma emocional o sexual. Cuántos problemas de conducta tendrán. Pobre autoimagen, no sabrán amar ni ser amados, serán presas de la ira, de la depresión, querrán quitarse la vida en algunas ocasiones, más propensos al uso del alcohol, de la droga.

También hay negligencia cuando un niño es desatendido por sus padres porque no se le da el tratamiento médico oportuno, o no se les da la educación en los momentos en que es imperativa en sus vidas.

Todo eso lleva a un daño realmente en nuestros hijos, haciéndoles sentir inseguros, vacíos, nuestros hijos no saben cómo enfrentar los retos de esta vida, ni cómo poder hacerles frente.

Desde que nacen nuestros hijos, hasta la edad de la adolescencia y la edad adulta, ellos necesitan amor. Los expertos están de acuerdo en que amarlos tempranamente, brindarles atención, son ingredientes que promueven el desarrollo y la dignidad de nuestros hijos; ellos no querrán drogas, no les hacen falta porque se sienten bien en casa.

Quiero decirte que cuando existe un padre que ama a sus hijos, una atmósfera amorosa en casa, ellos se sienten muy bien. No falta la alegría en casa, no faltan los deportes, los paseos, no falta el padre que está cerca del hijo y que es su mejor amigo.

Es importante mantener a nuestros hijos en actividades familiares, o sea, que la familia sea un centro de actividad para nuestros hijos donde puedan encontrar padres que los incluyen en sus actividades, en vacaciones, en descansos, en pláticas, en lecturas, en tiempos de familia, en tiempos de comer juntos, de cenar juntos.

Programa:
Nacidos para perder II: El cerebro se moldea en casa
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El cerebro de los hijos se moldea en casa
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