Tu ejemplo transmite más que tus palabras

El hogar es el auténtico formador de personas. Los niños aprenden continuamente de sus padres, no sólo lo que éstos les cuentan, sino especialmente lo que ven en ellos: cómo actúan y cómo responden ante los problemas. Ellos los observan y copian sus comportamientos.

La auténtica educación en valores más que enseñarse, se trasmite. El ejemplo es importantísimo y pasa de los padres a los hijos desde el mismo día del nacimiento hasta el final de la vida.

No obstante, tiene una importancia relevante durante los primeros hasta los 6 ó 7 años de edad en los niños. Ellos poseen una moral especialmente motivada también para responder como papá y mamá desearían, o sea, lo que dicen los padres son verdades absolutas.

Cuida mucho lo que digas delante de tus hijos en estas edades críticas. Lo que tú digas son verdades absolutas y si eres un hombre maldiciente, violento, irrespetuoso a tu esposa, si eres un hombre que dice que no existe Dios, e inculcas valores totalmente deshonestos, equivocados a tus hijos, se les van a quedar grabados para el resto de sus vidas porque en esa edad captan muchísimo.

Es muy importante educar con tu ejemplo. Ayuda a que tu hijo pueda ver en ti un verdadero ejemplo, que tú lo ames profundamente, que tú desarrolles con él un vínculo de padre.

Si eres como la mayoría de los hombres, que has sufrido experiencias negativas y dañinas de tus propios padres, date cuenta que tienes que ser un padre diferente. Tienes que ser la clase de padre que tu hijo necesita para sentirse seguro.

Que tu hijo pueda decir: Mi padre realmente es honesto, es trabajador. Papá realmente cumple las promesas, me enseña con su ejemplo. Papá es un hombre que sabe decirle no a las drogas y al alcohol y a conductas peligrosas. Papá es un hombre que tiene respeto a Dios, que lee las escrituras, y además las pone por obra en la casa amando a mamá, amando a Dios con todo el corazón. Mi papá es el tipo de padre que yo necesito porque siempre está cerca de mí, me provee autoestima, me enseña a amar con un amor que yo no conocía .

Recuerdo a una niña que preguntaba: ¿Cómo es Dios? Y se imaginaba a Dios de muchas maneras, pero un día dijo: Ahora sé cómo es Dios: Dios es bueno, porque veo que mis padres son buenos. Dios es un Dios que hace cosas maravillosas, porque veo cómo mis padres al orar a ese Dios vivo y verdadero Él les responde y hace cosas maravillosas por ellos. Esta niña conoció a Dios a través del ejemplo de sus propios padres.

Programa:
Nacidos para perder III: Consejos prácticos a padres que ayudan a sus hijos
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El vínculo paterno
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