Motivados a tomar buenas decisiones

Dios siempre nos motivará a tomar buenas decisiones. Las Sagradas Escrituras, en el libro de Romanos capítulo 6:21 nos dice lo siguiente:

“¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte”.

En otras palabras, esta pregunta nos está haciendo razonar sobre cuál es el fruto o resultado de nuestras acciones y decisiones, de lo que decidimos diariamente y nos deja clara la consecuencia de una mala decisión: “porque el fin de ellas es muerte”.
 
Imaginemos por un momento a una persona que va a cometer adulterio y todo lo que viene en consecuencia por tomar esa mala decisión. Primeramente va a destruir a su esposa, la va a dañar emocionalmente, va a destruir a sus hijos, va a afectarlos para toda la vida, los va a amargar, va a ocasionar un problema inmenso.

Si usted considera todas esas cosas por un momento de placer, definitivamente sería un absurdo tomar una decisión como adulterar.

Todos, en cualquier edad, tenemos que tomar decisiones. ¡Cuánto más enfrentarán decisiones difíciles nuestros adolescentes y jóvenes en la cuestión de las drogas, el alcoholismo, la sexualidad, la escuela y tantas cosas que se están manejando en la vida cotidiana.

Cuántos padres de repente mandaron a estudiar a sus hijos a otras escuelas y se perdieron en la droga, en el alcohol o tuvieron relaciones sexuales y fueron padres prematuros y su vida fue trastornada ¿por qué razón? Porque no fueron instruidos desde pequeños para tomar las mejores decisiones sino que crecieron en un contexto de tomar decisiones en base a sus pasiones e inmediatamente fueron arrastrados.

Una persona hizo una pregunta y dijo: “Oiga, yo tenía la idea de que nuestros hijos tienen que estar sujetos y obedecer a nuestras órdenes siempre, porque así dice la Escritura: “Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es lo que conviene”, yo pensaba que ellos tenían que obedecerme ciegamente”.

La respuesta que dimos a todo esto fue la siguiente: Ese fundamento es claro, la obediencia en los hijos debe de ser siempre, pero el trabajo de enseñar a nuestros hijos a tomar decisiones es parte de la educación,  darles todos los argumentos necesarios para que nuestros hijos puedan tomar decisiones.

Habrá notado en padres que la única respuesta que  dan a sus hijos es: “pues yo tomé la decisión y te callas porque yo soy tu madre”.

Cuando nuestros hijos van creciendo y madurando, estas respuestas ya no satisfacen su intelecto. Entonces ven a un padre con mucho autoritarismo, que no da razones y el día de mañana los hijos se rebelan contra las autoridades, porque están imponiendo simplemente las cosas.

Programa:

La formación del carácter de los niñosIII Parte: La responsabilidad

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