Cómo terminar con los berrinches

El padre debe de buscar ciertas alternativas para evitar que el niño se sienta tentado al berrinche. Algunas técnicas, son las siguientes:

Si tú sabes que al niño no le gusta ponerse un abrigo, te puedes adelantar a cualquier expresión suya, y decirle: “hijo vamos a salir y necesitamos abrigarnos” y le empiezas a dar una razón. Esa es una forma de evitar al niño ser rehén de su propio impulso o carácter explosivo, pues ya el niño estará condicionado a actuar de cierta manera.

También es importante que aprendas a brindarle otras alternativas, donde el niño pueda decidir, pero dentro del contexto que el adulto le está demandando. Es importante evitar ofrecer alternativas que puedan provocar más conflictos que soluciones y sobre todo que los padres sean quienes decidan cuándo ofrecer alternativas y cuándo es una orden directa. Esto es importantísimo.

En términos generales, el padre o la madre son los que deben de decir las órdenes directas. El niño debe estar educado de tal forma que obedezca los órdenes de sus padres sin necesidad de estar dando alternativas. Sin embargo, en ciertos momentos y circunstancias según conozcas tú a tus propios hijos, puedes darles alternativas, para que el niño no sea tentado en hacer esos berrinches.

Combatir los berrinches no es tarea fácil, requiere de una labor constante y firme de parte de los padres. Se requiere de mucha paciencia y perseverancia para lograr controlar el carácter de esos niños que están bien esclavos de su propia manera de ser, deseos y carácter sin control. Y debes de entender que un niño es berrinchudo porque no se le ha educado, porque no se le ha amado.

Hay un texto en las Escrituras cristianas, en el libro de Proverbios 13:24 dice lo siguiente:

“El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; más el que lo ama, desde temprano lo corrige”.

En párrafos anteriores señalé que la educación de cualquier hijo, en cualquier parte del mundo, debe de ser una mezcla de amor y disciplina, de abrazos, de reglas y límites. Todo esto ayuda a que el niño se sienta amado y protegido, y aprenda también a amar y proteger a los demás, que entienda que hay límites en todo.

La educación verdadera de un padre y una madre que realmente ama a sus hijos llevará siempre ese doble ingrediente: amor y disciplina. Que nunca se te olvide ese principio en la educación de los hijos.

La relación de los padres con los hijos debe de estar llevándose  a través de esa combinación de amor y disciplina. Fíjate qué claro es el texto de las Escrituras: “detener el castigo es aborrecer, o no amar a tu hijo”.

Hay momentos en que el niño se ha ganado el castigo por esos berrinches, y si tú por tener un mal concepto del amor no aplicas la medicina adecuada para que tu hijo deje de hacer esos berrinches, a la luz de lo que nos dice este versículo, no estás amando, lo estás aborreciendo, pues lo estás viendo cómo se está haciendo esclavo de su propio carácter y no haces nada por ayudarlo.

Los berrinches no son algo que debas de ver como normal en tus hijos. Lo normal en los niños es que vivan libres de berrinches, sean dueños de sí mismos, aprendan a controlar sus impulsos, a respetar a sus padres y maestros, a sus compañeritos y aprendan a ser personas de bien, con valores, que ayuden a los demás y que vayan aprendiendo a respetar y amar a su prójimo.

Los padres dicen ¿por qué me habrá salido mi hijo así? Los hijos no salen mal, lo que esta mal muchas veces es la educación y la formación que se les da a los hijos.

Que Dios te bendiga.

Dr. Salvador Cárdenas

Programa:

Los Berinches en los niños

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