Hemos mencionado que hay una pieza clave, un fundamento que si no está presente en el hogar, el matrimonio terminará finalmente en la separación.
Estamos hablando del amor. Ciertamente, hay una gran desinformación a nivel social sobre esta palabra pequeña de cuatro letras. No sé que venga a tu mente cuando la lees, tal vez tengas una idea muy romántica, pero es importante que sepas qué es el amor.
Muchas personas ven al amor como un sentimiento, acompañado de sensaciones y emociones; por eso luego dicen que “el amor se ha acabado”, porque los sentimientos van y vienen, porque las sensaciones a veces están presentes y a veces no.
Un acto voluntario. El amor se traduce en acción. Amar es un acto voluntario. Al correo electrónico nos escriben personas diciéndonos que se acabó el amor, que ya no sienten amor por su esposo o esposa. ¡Qué difícil es hacerles comprender que el amor no es un sentimiento!
Claro, es más bonito amar cuando hay sentimientos de por medio, cuando las sensaciones y emociones acompañan al amor, pero el amor no es sentimiento. Hay una definición tan cursi del amor hoy en día: el 14 de febrero, los corazoncitos, una pareja dándose un beso, una luna bonita alumbrando esa escena.
La publicidad se ha encargado de reducir el amor a un simple un acto romántico, acompañado de canciones cursis que incluso definen al amor como el acto sexual, como un momento romántico. Esa una definición muy barata y cursi del amor. De nada le ha servido a nuestra sociedad fundamentar su matrimonio bajo esos conceptos de amor.
El amor antes que nada, debemos de entenderlo como una actitud voluntaria. Tú decides si amas o no amas a una persona. Por eso Cristo fundamentó la vida cristiana en esa palabra: Amarás a tu Dios, y amarás a tu prójimo.
Jesucristo no estaba fundamentando la vida cristiana bajo un sentimiento, la estaba fundamentando bajo una decisión de hacer algo.
Amar es decidir hacerle el bien a la otra persona. En el matrimonio es decidir hacerle el bien al esposo o esposa, es decidir hacer las cosas que van a ayudar a que el matrimonio funcione. Esto es una decisión que se debe de tomar para la vida matrimonial.
Cuando la gente no toma esas decisiones, sino que simplemente está esperando a que la otra persona lo ame y está egoístamente centrado en sí mismo, pues ese matrimonio no va a funcionar, porque está integrado por una pareja de egoístas, que solamente piensan en sí mismos, y no en el bien común, de la pareja o de toda la familia.
En el Nuevo Testamento encontramos la definición que más revela el verdadero significado del amor, en el Capítulo 13, verso 4 de la Primera carta que el apóstol Pablo escribió a la iglesia de Corinto. He aquí cómo se describe:
El amor es…
- sufrido
- benigno
- no tiene envidia
- no es jactancioso
- no se envanece
- no hace nada indebido
- no busca lo suyo
- no se irrita
- no guarda rencor
- no se goza de la injusticia
- se goza de la verdad
- todo lo sufre
- todo lo cree
- todo lo espera
- todo lo soporta
- nunca deja de ser
¡Cuánta claridad sobre el amor! ¿Vives así? ¿Estás dispuesto a no buscar lo tuyo, no irritarte, no hacer nada indebido, soportar, creer en tu pareja, no guardar rencor? El amor verdadero, dice que así actúes y “nunca dejes de hacerlo”.
Si tú comparas la definición de amor según las escrituras cristianas y la definición de amor del 14 de febrero, son contextos totalmente distintos, no tienen nada que ver uno con otro. |
