El afecto en la primera etapa de vida

Eso es de lo que el niño no está conciente cuando es recién nacido. A esto, lo llama el psicólogo suizo Jean Piaget, la noción de objeto permanente.

Aquí surge la inquietud. ¿Cómo construyen los niños pequeños la noción del objeto permanente? Por la relación mutua que empieza a existir entre madre e hijo, lo que se le llama también, diálogo, que es el ciclo de la secuencia acción-reacción-acción, dentro del marco de las relaciones madre-hijo.

El niño empieza a tratar de comunicarse con las personas que están a su alrededor de una manera muy sencilla: llorando. Como él no ha aprendido a hablar, empieza a llorar.

Si el niño está sucio va a llorar porque quiere que su mamá venga y lo limpie. Si tiene hambre va a llorar porque quiere que la mamá venga y le dé de comer. Si tiene un dolor en su cuerpo, va a llorar comunicando que tiene una necesidad en su cuerpo, si el niño quiere dormir va a llorar, si quiere los brazos de su madre va a llorar.

Este es el diálogo del bebé, donde empieza a platicar con su mamá, a comunicarse con ella, convirtiéndose en una relación mutua. Un diálogo sin palabras que constituye una estimulación muy fuerte en el niño a través del afecto.

Esto sucederá durante los primeros 8 meses. El bebé está dispuesto a dejar que cualquier persona le brinde estos cuidados, de aseo, que lo cambien, lo bañen, le den una caricia, estén con él, etc.

Pero después de los 8 meses, más o menos, el bebé se negará a separarse de su madre y aún se angustiará si está en brazos de otra persona, porque el niño está “enamorado”.

¿A qué me refiero? El niño durante 8 o 9 meses ha estado relacionándose con su mamá desde recién nacido. En ese tiempo el niño se dejaba que cualquier persona le brindara los cuidados. Pero en este caso la que más le brinda los cuidados al bebé es la propia mamá.

A lo largo de esos 9 meses ya se ha hecho un lazo de cariño, de amor con su mamá, y el separarlos después de esos 8 meses haría que el niño sufriera una tremenda ansiedad, porque se ha acostumbrado a ella, al cuidado, al amor, al cariño y ternura con que le habla y lo trata su madre.

Cuando a una persona adulta se le separa de la persona de la cual está enamorado le va a costar trabajo. Eso mismo le pasa al niño cuando es separado de aquella persona a quien ama, va a tener una tremenda ansiedad, y eso es peligroso.

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