Por: Ing. Gilberto Sánchez

Se ha hablado muchísimo de que la televisión es un detonador de la violencia, y por otro lado, otros dicen que no hay pruebas suficientes, que simplemente es un espejo de lo que está pasando en la sociedad.

Debido a esta situación, realmente nunca se ha podido avanzar de una manera contundente hacia la disminución o restricción de la violencia en los medios de comunicación.

Sin embargo la evidencia es muy notable. De pronto se levanta otro muchacho que comete asesinato y muchos de ellos hablan que son inspirados por lo que han visto en la televisión. Es decir, los efectos siguen presentándose.
 
En 1993, la noticia del asesinato de un pequeño niño británico de 2 años de edad le dio la vuelta al mundo. El homicidio fue muy publicitado, porque los asesinos fueron otros 2 niños de 10 años, quienes después de golpear al bebé lo llevaron a los rieles de las vías del tren, donde finalmente murió arrollado.

Los pequeños criminales declararon haber sido influenciados por una película que quisieron imitar. Sucesos similares han servido como argumentos a las películas, juegos de video y sobretodo programas de televisión con contenido violento.

No se puede avanzar realmente, de una manera significativa, contra la violencia en la televisión. Cada vez se presentan más este tipo de situaciones, cada vez un homicidio, un hecho sangriento que sacude nuevamente a la sociedad.

Tal parece como si hubiese un hermetismo, una venda en los ojos que no permite ver este tipo de situaciones.

Es cierto, vuelvo a recalcar, no toda la violencia se genera en los medios de comunicación, pero las evidencias que hemos estado estudiando en este tema nos muestra que realmente sí hay una afectación a la sociedad.