Los valores morales II

 

La obediencia
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Obedecer es cumplir rápida y gustosamente las instrucciones de una autoridad. La contraparte es la desobediencia, el ser obstinado.

¿Qué recompensas vienen por la obediencia?

  • Protección. El camino del éxito muchas veces contiene partes dolorosas, y la obediencia nos protege para no tener que repetirlas. Cuando el muchacho obedece, se encuentra caminando dentro de un camino seguro. En el ejemplo que pusimos al principio, la joven desobedeció y quedó descubierta, sin protección.
  • También hay provisión. Los padres se deleitan recompensando el espíritu obediente, satisfaciendo sus necesidades y deseos. Cuando una persona es obediente es recompensada por la sociedad.
  • Se aprende dirección. Cuando un padre se da cuenta de que sus hijos le obedecen, eso trae un deseo en el padre de darles el mejor consejo posible porque sabe que los hijos lo van a obedecer.

¿Cómo enseñar a los hijos la obediencia?

  • Estableciendo lineamientos prácticos para que los niños aprendan a ejercitarse, iniciando con sus responsabilidades en el hogar: tender su cama, limpiar sus zapatos, acostarse a tal hora, pedir permisos, etc.
  • Padres que formen en sus hijos un carácter para distinguir lo bueno y lo malo, para que aprendan a obedecer lo bueno y a desechar lo malo, a pesar de las presiones. Hoy vivimos en una sociedad de rebelde, donde se incita a desobedecer a los padres.
  • Enséñeles a disfrutar la obediencia. Que lo hagan con alegría, no a regañadientes.
  • Que aprendan no sólo a disponerse a obedecer, sino también a terminar o que empiezan.
  • Y que obedezcan a la primera. La obediencia debe ser inmediata, no debe el padre andar tras el hijo para que haga las cosas.
Tres palabras que resumen los valores morales:
amor al prójimo
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