Cómo criar a nuestros hijos adolescentes IV:
Tratando con comportamientos diarios

 

Trabajemos diariamente con nuestros hijos
 

Dr. Sergio H. Canavati Ayub

El cambio no será de la noche a la mañana. Eso debemos de anotarlo en nuestra mente y en nuestro corazón. Vendrá una mejoría gradual, a través del tiempo, en la manera en que trabajas con tu hijo.

            En este punto, muchos padres de familia fallan y se dan por vencidos. Quieren fórmulas rápidas. Sin embargo, cambiar va a depender, mayormente, del trabajo diario y continuo y de buena actitud de parte de los papás.

            Es importantísimo que estés consciente de que la conducta de tu hijo no se desarrolló de la noche a la mañana. Tampoco vendrá el cambio de la noche a la mañana.

            Comúnmente, cuando los padres observan las acciones malas de sus hijos, no ven los pequeños cambios que empiezan a ocurrir, cuando empiezan a trabajar con él.

            Por ejemplo: tu hijo nunca se comunica contigo. Durante varias semanas observas la conducta de tu hijo. Esto comenzó a suceder desde que él era más joven. El hecho de que él no quiera comunicarse con sus padres, no sucedió de la noche a la mañana.

            Si nos acercamos a él, podríamos ver una mejoría en su comunicación. Antes de empezar un plan de tratamiento de parte de los padres, tendremos que ver qué tan frecuente nuestro hijo se vuelve incomunicativo.

            Después de varias semanas, nos vamos a dar cuenta que nuestro hijo ya se comunica un poco más con nosotros, en una forma voluntaria. El cambio no viene de repente.

            Si vemos la frecuencia de la conducta, también veremos los cambios en una forma gradual. Podemos ver una mejoría considerable desde que empezamos a tratar con nuestros hijos. Pero repito, no veremos cambios de la noche a la mañana.

            Cuando analizamos esto, veremos la influencia de algunos factores en su cambio de conducta y las consecuencias de dicha conducta.

            En otras palabras, ellos conseguirán lo que quieran, mientras nosotros no observemos qué tan frecuentemente y qué tan específicamente son sus conductas.

            Los adolescentes que ya tienen una forma de comportarse y conseguir las cosas, no van a cambiar; a menos que los padres empecemos a establecer reglas y consecuencias.

            Pero, ¿cómo lograremos esto si no conocemos el carácter de nuestros hijos ni la frecuencia con la que actúan de esa manera?

¡Papá, ellos te conocen!
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