Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Veamos algunos ejemplos de situaciones donde los padres pueden ser inconsistentes. El primer ejemplo son las expresiones sin significado que no pensamos llevar a cabo:

“Si no entras ahora a la casa te voy a partir la cara”, “Si no te corriges en la escuela, te voy a enviar a un internado”, “Te voy a matar si no dejas de molestarme”, “Si tu hermano y tú no dejan de pelear los voy a correr de la casa”.

            Hay muchas otras expresiones similares que los padres utilizan sólo para amenazar y que no tienen ninguna intención de llevarlas a cabo. El adulto sabe esto; pero, más importante aún, el joven también lo sabe.

            Expresiones como éstas no detendrán el comportamiento indeseable de tu hijo.

            Ahora, veamos algunas expresiones exageradas:

“Vete a tu cuarto y no salgas hasta que tengas 18 años”, “No puedes hablar por teléfono con tus amigos durante todo este año”, “Estás castigado por un mes”.

            Expresiones exageradas como estas son la mayor fuente de inconsistencia en las familias.

            Los padres se enojan y hacen una promesa que nunca van a llevar a cabo; dicen algo y luego se sienten culpables. Conforme la culpa incrementa, ellos tratarán de hacer algo para dar reversa al castigo, si el joven muestra un comportamiento apropiado.

            Sin embargo, en ambos casos, el muchacho interpreta el comportamiento del padre como un: “No crean ni escuchen lo que digo porque no es lo que quiero decir”. ¡Qué terrible es ser un padre inconsistente!
           
            Otro ejemplo es cambiando el “no” a “si” y el “si” a “no”: esto es, cuando los padres dicen una cosa y hacen lo contrario.

            En el ejemplo del hijo que quiere usar el carro y sus padres no lo permiten, él joven no acepta esa respuesta. Empieza a intimidar y atormentar a sus padres, después de algún tiempo, el padre le permite usar el carro para terminar con toda esa discusión y vivir tranquilos. Aquí el original “no” ha sido cambiado a un “si”.

            Muchas veces, los padres prometen cosas como:

“Vamos a ir de compras el sábado”, “Te voy a enseñar a manejar este fin de semana”, “Te voy a enseñar a arreglar tu carro el domingo”.

            Sin embargo, cuando llega el día dices que estás ocupado. Estas cambiando una expresión positiva por una negativa. No solamente los estás enseñando a no escucharte sino también a cómo manipularte.

            En otras palabras tú les estás diciendo a tus hijos: “Si te digo algo que no te gusta, quéjate, hazme enojar, discute. Entonces yo cambiaré de opinión”. Esta clase de inconsistencia también debe ser evitada.

            Las frases que no pensamos cumplir, las expresiones exageradas y los “no” cambiados a “si”, son las principales fuentes de inconsistencia en las familias.

            Muchos papás, después de que dicen algo se sienten culpables y luego tratan de dar reversa al comentario si el niño muestra un comportamiento apropiado.

            No solamente estamos enseñando a nuestros hijos a no escucharnos, cuando respondemos cambiando el “no” por un “si”, sino que también los enseñamos a manipularnos.

            Otro punto importante es cuando no estás checando el comportamiento de tu hijo. También puedes mostrar inconsistencia de esta manera:cuando dices algo y no verificas que se haya hecho.

            Por ejemplo: le dices a tu hijo que no puede salir hasta que limpie su cuarto. Él se va a su cuarto mientras tú estás ocupada en otras cosas, después él viene y te dice que ya se va.

            Tú le preguntas que si ya limpió su cuarto, te responde que si y se va. Media hora después, tú pasas por su cuarto y te das cuenta que no recogió ni una sola cosa.

            La necesidad de checar que las cosas se hagan no es importante en el caso de algunos adolescentes. Pero para otros, tú tienes que checar continuamente que haya hecho lo que le pediste o lo que él ya sabe qué tiene que hacer.

            Esta clase de inconsistencia de los padres, tiende a interferir con el desarrollo de la responsabilidad en el niño y también lo enseña a que sea manipulador.

            Al no ser consistente, papá o mamá, los jóvenes ya te encontraron el lado por el que te van a manipular. Esto nos lleva a lo siguiente: consistencia de parte de ambos padres.