Dr. Sergio H. Canavati Ayub
Todos los ejemplos utilizados pretenden enseñarnos la necesidad de ser consistentes en cada uno de los padres. En otras palabras, ambos padres necesitan ser muy consistentes en la manera en que tratan a sus adolescentes.
Si uno le dice que no puede usar el carro hasta que limpie su cuarto, el joven estará seguro que de la única manera en que podrá usar el carro es limpiando su cuarto.
Pero la consistencia debe venir de ambas partes: del padre y la madre, como una unidad. Este punto es uno de los que más se descuidan.
Al tratar con tu hijo, debes de darle significado a lo que dices. Deben estar de acuerdo papá y mamá en lo que dicen y respaldarse uno al otro.
Por ejemplo, un hijo le pregunta a su mamá: “¿Puedo ir al cine esta noche?” La mamá le dice: “No”. Entonces él le pregunta a su padre lo mismo y éste le dice: “Si”.
Ahora, es casi la hora de que el muchacho se vaya al cine y comienza a vestirse. La mamá le pregunta que a donde va y él le dice que al cine y que su padre le dio permiso. Entonces la madre confronta al papá y comienza una discusión. Durante este tiempo el hijo termina de vestirse y se va al cine.
¿Qué consecuencias vienen de ser inconsistentes?
Los padres pueden ser inconsistentes y dañarse uno al otro al no estar de acuerdo en el trato con su hijo. Al hacer esto, varias cosas ocurren:
- El hijo aprende a poner a un padre en contra del otro y a manipularlos para obtener lo que desea.
- Cuando un padre disciplina a su hijo o hace una decisión y el otro padre contradice esta acción, la autoridad del primer padre se reduce.
- Como consecuencia de esto, el hijo ve sólo la autoridad de uno y no respeta la autoridad del otro.
- Tiende a hacer ver a un padre como “el malo e injusto” y al otro como “el bueno y benevolente”.
Es extremadamente importante para los padres que estén totalmente de acuerdo en sus decisiones y acciones. Si estás en desacuerdo con tu pareja, lo mejor sería que en frente de tu hijo estén totalmente de acuerdo.
Más tarde, cuando tu hijo no esté presente, discutan la situación; y, todavía más importante, resuélvanla.
La unidad es importantísima. Unidad entre padre y madre. Para que el adolescente esté totalmente de acuerdo en sus decisiones y acciones, es necesaria.
Si el adolescente escucha de su madre un “si” y de su padre un “no” o viceversa, va a crear un desacuerdo en él, va a modificar su conducta, va a tachar a uno de malo y al otro de bueno.
Este tipo de inconsistencia da como resultado el que los padres argumenten o peleen y, al final, los adolescentes se salen con la suya.
Cuando el hijo no esté presente se puede resolver la situación. Y la persona quien estableció la consecuencia o el castigo, debe ser quien la modifique.
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