¿Trae el dinero la felicidad a la familia?

 

La pobreza
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Primero veamos el extremo de la pobreza: muchas personas viven en lo que se conoce como ‘pobreza extrema’, una forma elegante de decir ‘miseria’. Miseria quiere decir que ni siquiera las necesidades básicas de los seres humanos están cubiertas; es una condición de “desmayo”, esto es, que los agobia y que los hace perder todo deseo de luchar y de esforzarse y que muchas veces sepulta toda esperanza de una vida plena.

            Vivir en la pobreza es una situación bastante fuerte y pesada; la gente apenas ‘sobrevive’ cada día. En muchos casos se malvive, se vive una vida que realmente no es vida. No hay siquiera lo más básico para una vida digna.

            Esto empeora porque, en la actualidad, se cataloga a las personas por lo que tienen. Hay un eslogan que se utiliza mucho: “Cuanto tienes, cuanto vales”.

            Basándonos en este principio, la frase quiere decir que los pobres no valen nada. Esto hace que mucha gente que vive en pobreza sea menospreciada y rechazada; que sea vista como una carga para la sociedad y que su vida sea estimada en nada.

            Recuerdo el caso de una persona a la que atendí en una ciudad del norte del país. Cuando llegué a esa ciudad me subí a un taxi y, platicando con el taxista, le pregunté cómo estaba la vida en esa ciudad. Él se encolerizó y me dijo: “Estamos siendo invadidos por personas que vienen del centro del país que no son más que una carga para nosotros”.

            Él hablaba de mucha gente pobre del centro del país que estaba trasladándose a esa ciudad en búsqueda de mejores oportunidades para vivir y mejores trabajos.

            Con este pequeño ejemplo quisiera que viéramos cómo se dan las diferencias entre las personas, cómo nace el pensamiento de que vales según lo que tienes, según tus bienes económicos. Por esta razón se forman clases o estratos sociales.

            El hombre del ejemplo era un taxista, una profesión muy honrosa. Todas las profesiones son honrosas mientras que no dañen la dignidad del prójimo o la salud de sus semejantes.

La riqueza
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