Los trastornos de la personalidad

 

¿Cómo podemos diagnosticarlos y tratarlos?
 

Por: Doc. Salvador P. Cárdenas

El diagnóstico debe correr siempre a cargo de un profesional adecuadamente preparado y, por supuesto, son los familiares los que primero sospechan que algo no está bien. El profesional podrá determinar si padece un trastorno de la personalidad y, si efectivamente lo padece, qué tipo de trastorno sufre.

         Realmente el diagnóstico tiene qué ver con los comportamientos que acabamos de mencionar, cuando estos comportamientos tienden a manifestarse tenazmente y la persona se resiste a cambiarlos es cuando se llega a la conclusión de que la persona tiene un trastorno de la personalidad.

         ¿Qué tratamiento hay para este tipo de personas? Esto es muy importante porque si solamente se diagnostica el trastorno pero no se le ayuda, es realmente frustrante. Gracias a Dios hay muchos avances en la ciencia médica, psiquiatra y en el apoyo psicológico, hay terapias psicológicas adecuadas que, con constancia, pueden ayudarlos efectivamente.

         Es importante que se entienda algo, cambiar una personalidad requiere mucho tiempo; no hay ningún tratamiento a corto plazo que pueda curar con éxito un trastorno de la personalidad.

         Recordemos que algunas de estas personas tienen poca tolerancia al fracaso, a la frustración o a aceptar sus propios errores; hay que tener tacto para poder enfrentar a los pacientes con este problema, con sus propios errores y sus propias realidades.

         Esto se tiene que hacer, es parte del tratamiento: el poder abrirles los ojos y enfrentarlos con su realidad, con su forma de ser equivocada; sin embargo, es necesario saberlo hacer para que la persona se abra y acepte que está mal. Cuando la persona acepta esto se ha dado un paso bastante importante para el inicio de la recuperación de esa personalidad alterada y afectada.

         Además, muchas de estas personas tienen ansiedad y depresión; los medicamentos que habitualmente se dan para la ansiedad y depresión también pueden ayudar a las personas con trastornos de personalidad pero muchas veces su eficacia es menor que con las personas que no tienen este trastorno.

         Esto es porque, mientras la persona persista en ese patrón equivocado de conducta, su fuente de angustia y estrés no se le está quitando; por eso es importante que, además del tratamiento farmacológico, se les dé esa terapia en donde se platique con ellos y se les haga ver sus errores

         La temeridad, el aislamiento social, la ausencia de autoafirmación y los exabruptos temperamentales pueden responder a la terapia de modificación de la conducta. Cuando las personas capacitadas profesionalmente platican con los afectados, puede haber una buena respuesta en esa forma de ser equivocada que no le está dando paz ni al paciente ni a sus familiares.

“Mi paz os dejo, mi paz os doy”
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©