Cómo criar adolescentes XII:
“Cómo tratar los comportamientos de rebeldía y enojo”

 

Evita la disciplina espontánea y la lucha por el poder
 

Frecuentemente, los padres disciplinan después de que algo ha ocurrido; ponen una regla y esperan que los adolescentes la quiebren antes de que decidan cuál será la consecuencia.

         Para los adolescentes, el concepto de justicia es extremadamente importante y, si se disciplina de esta forma, ellos se sentirán tratados injustamente. Además, la disciplina espontánea, hace que los adolescentes sientan que otros son responsables por lo que les ha pasado y es más fácil que el enojo se manifieste en ellos.

         Debes especificar bien las reglas y las consecuencias del comportamiento de tu hijo al mismo tiempo; la parte más importante en este proceso no es la regla sino la consecuencia, con la responsabilidad de lo que pase directamente en los hombros de tu hijo.

         Tampoco entres en una lucha para ver quién gana: por ejemplo, tú le dices a tu adolescente que limpie su cuarto y él no quiere, tú lo amenazas diciendo: “mejor es que limpies tu cuarto o no vas a salir el sábado”. Él responde: “no me vas a hacer limpiarlo y, como quiera, voy a salir el sábado”. Como resultado los dos empiezan a gritar y se hace una lucha para ver quién gana; ésta es una buena manera de generar más enojo en tu hijo.

         En cuanto sea posible, evita las luchas y los enfrentamientos que nada más generan más enojo en tu hijo, a veces será mejor que él experimente las consecuencias de su comportamiento que ganarle y hacerlo hacer lo que tú quieres.

         Busca maneras de negociar, en muchas situaciones deberás tratarlos como si fueran adultos; en vez de entrar en una pelea para ver quién gana, es mejor crear un escenario en el que se puedan negociar las cosas.

         Dales buen ejemplo, los muchachos aprenden mucho de imitar el comportamiento de sus padres; la manera en que resolvemos nuestros conflictos o problemas será fácilmente imitada por nuestros hijos. Si yo resuelvo mis conflictos gritando, hay una gran probabilidad de que mis hijos vayan a resolver los suyos de la misma manera.

         Hay un dicho antiguo que dice: “No hagas lo que yo hago, sino haz lo que yo digo”. Esta es una manera inefectiva de tratar con estos comportamientos; sin embargo, si observas comportamientos agresivos en tu hijo, examínate a ti mismo, a tu pareja o a tus familiares para ver si alguno de ustedes le está dando ese ejemplo.

         De ser así, esa manera en que te comportas debe cambiar, si es que queremos que el comportamiento de nuestro adolescente cambie también. Si en el hogar hay pleitos y discusiones frecuentes es muy posible que el adolescente copie esos comportamientos; si tú le gritas a tu hijo, es muy probable que él te vaya a gritar también.

         Una vez una mamá me dijo: “cada vez que le pego a mi hija ella me pega, ¿qué es lo que debo hacer?”. Mi respuesta fue muy sencilla: “deja de pegarle”. Si la manera en que castigamos a nuestros muchachos es a través de golpes, les estaremos enseñando a resolver sus conflictos a golpes o agresivamente, esto incluye no nada más el uso de fuerza física, sino de amenazas o intimidación.

         Si tratamos a los adolescentes de esta manera estamos a incrementando el enojo en ellos, al mismo tiempo que les estamos enseñando, indirectamente, maneras inapropiadas y agresivas de resolver los problemas.

         Los padres que usan el castigo físico como el primer recurso para tratar con su comportamiento olvidan una cosa muy importante: los niños crecerán y se convertirán en adolescentes que lucharán con sus padres a golpes.

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