La sexualidad y cómo enseñarla a nuestros adolescentes I

 

¿Cuándo comenzar a hablarles de sexualidad?
 

La educación en sexualidad, dicen los expertos, debe comenzar en una etapa temprana posible y continuar progresivamente a lo largo de toda la vida. La educación sexual informal que se da entre la familia, los grupos de amigos, la comunidad y los medios de comunicación, repercute significativamente en los niños y adolescentes.

         Para esto puedes apoyarte en libros, películas o revistas que tengan un buen contenido; una película o un programa de televisión puede insinuar un tema y, entonces, los padres pueden aprovechar para hablar de ello.

         Es preocupante el hecho de que la gran libertad sexual que gozan los jóvenes en nuestra sociedad pueda estar favoreciendo el inicio muy precoz de la actividad sexual; para esto, vamos a demostrar firmes estadísticas que lo comprueban.

         Se ha comprobado que tanto la educación como un ambiente familiar muy permisivo, sin reglas a seguir, así como una familia con normas muy rígidas o autoritarias, conducen a una mayor precocidad en las relaciones sexuales.

         Los hijos de padres moderados en cuanto a la educación sexual, que permiten libertades de acuerdo a la edad, son los que inician más tarde las relaciones sexuales. Por otro lado, se ha observado una asociación entre el inicio precoz de las relaciones sexuales y una mayor incidencia de problemas ginecológicos y psicosociales en la vida adulta, como por ejemplo, una actitud negativa hacia su propio cuerpo, conductas fuera de norma, fracaso en los estudios, problemas familiares y culturales, etc.

         En un reciente estudio practicado en 1600 adolescentes se demostró que las actividades sexuales en la mujer están más influenciadas por factores familiares, como la comunicación con los padres y la participación de éstos en la educación sexual; mientras que en los hombres, están más influenciadas por factores individuales como la edad, la religión y la autoestima.

         En estudios hechos recientemente, se ha comprobado que la actividad sexual entre los adolescentes ha aumentado en la última década, especialmente en las mujeres, y se está adelantando la edad de las primeras experiencias sexuales, como besos y caricias, así como la edad de inicio de las relaciones sexuales completas.

         En comparación con los chicos, las adolescentes valoran más los aspectos afectivos de la sexualidad, alrededor del 50% consideran que lo más importante es el amor. Asimismo, muestran mayor rechazo hacia la pornografía, inician más tarde las relaciones sexuales y tienen tendencia a unas relaciones más formales.

         En la adolescencia es frecuente la asociación de conductas sexuales de riesgo, como el inicio precoz y la promiscuidad, y el consumo de sustancias tóxicas, de tal manera que la identificación de una de estas conductas debe llevarnos a indagar la otra.

         Otros factores que se relacionan con una conducta sexual fuera de norma, son:

  • mal rendimiento escolar,
  • abuso sexual o asedio por parte de un adulto,
  • falta de apoyo de los padres,
  • trastorno de la relación madre-hija
  • carencia afectiva o abandono y
  • baja autoestima.

         En la mujer, la promiscuidad sexual también puede corresponder a la manifestación de un cuadro depresivo.

La falsa “educación sexual”
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