Los padres son los principales responsables de la
educación sexual de sus hijos II

 

Una enseñanza inteligente
 

En general se parte de un principio equivocado: la sexualidad identificada sólo como genitalidad, como se piensa popularmente; sin embargo, la sexualidad no apunta solamente a un hecho biológico, referido a que las personas tienen órganos genitales que permiten a la especie reproducirse y sentir placer, sino que abarca una concepción mucho más amplia. Implica asumir una identidad y rol sexual, dar y recibir afecto, comprometerse, amar y gozar. Sólo teniendo esto en cuenta se asumirá responsablemente la sexualidad, dentro del marco del matrimonio.

            Muchas madres de familia se preguntan, “¿es normal que los niños se toquen sus genitales? ¿Qué se debe hacer en esos casos?” Repito, este tipo de juegos tiene la finalidad de satisfacer la curiosidad, muy propia de su edad. Por lo tanto, si se ven enfrentados a ellos, no le atribuya importancia. Los niños actúan por imágenes y si acarician a sus primos o amigos, o se besan, es porque han visto a sus padres a otras personas o han observado esto en programas de televisión.

         Bajo esta perspectiva sería muy injusto castigarlos o hacer que se avergonzaran por ello. Hay que reaccionar con naturalidad ante conductas espontáneas, propias del crecimiento de la niñez. Si no puede manejar la situación consulte a un especialista.

         A veces hay padres que sorprenden a sus hijos experimentando, o bien, hay niños que lo cuentan espontáneamente. Más que escandalizarse y reprimir la conducta se debería aprovechar la oportunidad para conversar con ellos, usando palabras concretas y claras y respondiendo lo que les interesa saber. Ello genera en él una relación de confianza con el adulto.

         Por otra parte, hay acuerdo entre los especialistas de conducta infantil en que cuando los padres, en quienes confían ciegamente los hijos, entregan información sobre sexualidad de un modo inteligente, hay menos probabilidad de que se experimente con juegos sexuales poco saludables.

         Quiero insistir en este punto; cuanto más tiene comunicación el padre con su hijo, más oportunidades tiene para hablar de modo inteligente y esto hará que tengan mucha menos probabilidad de que experimente con juegos sexuales no saludables.

Enseñándoles a hacer respetar sus cuerpos
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