Actualmente, más del 93% de las escuelas públicas ofrecen cursos sobre sexualidad o sida. Más de 510 escuelas secundarias trabajan en coordinación con las clínicas de salud y en más de 300 escuelas se hacen disponibles los preservativos, en los Estados Unidos. La pregunta es, ¿son estos programas realmente eficaces? Y si no lo son, ¿cómo podemos mejorarlos?

         ¿Por qué necesitan los jóvenes una educación sexual? Necesitan información correcta para ayudarles a protegerse a sí mismos. Vamos a ver, por ejemplo, los resultados de la educación sexual en los Estados Unidos:

• Tienen más del doble de la tasa de embarazos no deseados que cualquier otro país industrializado del occidente.

• Más de un millón de jóvenes quedan embarazadas cada año, a pesar de la ‘educación sexual’ de las escuelas, lo que demuestra que es un total fracaso.

• Los jóvenes tienen las tasas más altas de enfermedades transmitidas sexualmente que cualquier otro grupo de edad; 1 de cada 4 adolescentes contrae alguna enfermedad de transmisión sexual antes de los 21 años.

• Las enfermedades de transmisión sexual pueden dañar tanto la salud como la capacidad reproductiva de un joven, las infecciones se están incrementando más rápidamente entre la gente joven de los Estados Unidos, 1 de cada 4 nuevas infecciones ocurre en menores de 22 años.

• En 1994, 417 nuevos casos de sida fueron diagnosticados entre jóvenes de 13 a 19 años de edad y 2684 nuevos casos de sida entre los jóvenes de 20 a 24 años de edad. Debido a que la infección puedo haber ocurrido hasta 10 años antes de ser diagnosticada, significa que la mayoría de estas personas se infectaron con el virus del sida en la adolescencia o en la preadolescencia.

         ¿En qué ha fallado la educación sexual? El conocimiento, por sí solo, no es suficiente para poder cambiar la conducta. Los programas que principalmente se basan en brindar información sobre preceptos de prevención han fallado; sin embargo, los programas cuyo enfoque principal es ayudar a cambiar la conducta de los jóvenes usando la dramatización, los juegos y los ejercicios que refuercen su capacidad de socializar, han mostrado señales más efectivas.

         Muy a menudo, el currículum de educación sexual empieza en la secundaria, una vez que muchos de los estudiantes han comenzado a experimentar la sexualidad. Los estudios han demostrado que cuando se empieza la educación sexual antes de que los jóvenes se vuelvan sexualmente activos, los ayuda a mantener la abstinencia y a que se protejan. Entre mas pronto se empiece con la educación sexual mejor, quizás sería bueno comenzar desde la primaria, opinan los especialistas.