Los adolescentes, el alcohol y las drogas
Parte II

 

Cáncer, desnutrición y problemas psicológicos
 

Las personas que beben regularmente y en grandes cantidades tienen un gran riesgo de padecer cáncer en la cabeza, cuello, esófago, pulmones, vejiga, colon e hígado.

Grandes cantidades de alcohol interfieren con la digestión y reducen la habilidad del hígado para producir nutrientes disponibles a las células del cuerpo y a los órganos vitales. Los expertos han acordado que la mayoría de los alcohólicos, jóvenes y adultos, están mal nutridos.

Los síntomas pueden variar, desde confusión mental, fatiga, pérdida de apetito, irritabilidad, inestabilidad emocional y pérdida de memoria; hasta daño en el estado nervioso, falta de coordinación de los músculos, alucinaciones, ver borroso u oscuro y hemorragia cerebral.

Consumir alcohol regularmente o en demasiadas cantidades puede causar o contribuir en numerosos problemas psicológicos y de comportamiento, tales como: ansiedad crónica, ataques de pánico, depresión, irritabilidad, arrebatos de ira, paranoia, confusión mental, pensamiento confuso y pensamientos o intentos de suicidio.

“Mi hijo inteligente, adorable y amable, ¿hasta dónde llegó? Él comenzó a beber a los 14 años y ahora es como si un proceso monstruoso lo ha vuelto a crear de adentro hacia fuera y esto sucedió muy rápido. Ya no le importa la escuela, los deportes, sus antiguos amigos, su apariencia; parece no importarle nada. Siempre está enojado y puede estar muy agresivo. No puedo hablar con él o hacerlo razonar. Para ser sincera, me da miedo. ¿Puede decirme qué ha pasado?”

Esta es una pregunta que nos hizo Rosy, de 39 años, por medio de la consejería virtual de nuestra página web. Su nombre es ficticio para proteger su identidad. Así como ella, hay muchas madres de familia que tienen miedo de sus hijos, de sus reacciones violentas y de su mal carácter. ¿Qué está sucediendo? La respuesta es: el alcohol.

El alcohol está destruyendo muchos jóvenes, está destruyendo su carácter y está creando monstruos que dan miedo a sus propios padres. Dice Miguel, de 15 años de edad:

“Una noche yo comencé a consumir drogas, usé crack, metanfetaminas, éxtasis, marihuana y cerveza, mucha cerveza. Me sentí increíble y sorprendentemente bien, pero ¿cuál fue mi sorpresa? No puedo ni siquiera explicarlo. Yo estaba fuera de mi lugar, viajando. Me sentí enfermo, mi corazón estaba latiendo fuerte y pensé que de seguro moriría.”

El alcohol y sus combinaciones
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©