Ahora bien, la etapa de preparatoria o bachillerato es un tiempo vital de educación que ayudará a tu estudiante a preparase para un nivel más alto, como lo es la universidad. Ya para la preparatoria, el alumno debe de haber adquirido las capacidades de lectura necesarias; de lo contrario, el padre deberá buscar la manera de lograrlo.
Todos los hábitos adquiridos en el kinder y en la primaria van a ser vitales para el momento en el que tu hijo esté en la preparatoria, tales como: el manejo del tiempo, hábitos de estudio efectivos, lectura crítica, tomar notas o subrayar, lectura rápida y de comprensión, etc.
Nuestros adolescentes, cuando llegan a esta etapa sin previo entrenamiento en la lectura, no saben manejar su tiempo, no saben estudiar, no saben tener lectura crítica ni tomar notas; o sea, escoger el corazón de lo que están leyendo para aprender. La lectura rápida y de comprensión les será imposible.
Tomemos el ejemplo de Juan y Laura; los dos están en segundo de preparatoria, con un coeficiente intelectual similar y sin problemas de aprendizaje. Juan es un gran lector, ya que usa estrategias de lectura dependiendo de lo que está leyendo, hace su tarea en un periodo de tiempo razonable y a veces hasta le sobra tiempo para repasar sus notas de la clase, leer materiales suplementarios o lectura de su placer.
Tiene un vocabulario muy amplio y a veces entiende palabras que aún no conoce, tan sólo por el contexto. Ha sido un lector desde su niñez –esta es la clave– y puede leer bien, en voz alta y en la mente.
Laura es una lectora más callada, le cuesta mucho trabajo leer; lee cada palabra en el texto y a veces tiene que releer los enunciados para poder entender el significado. Después de 5 o 10 minutos, su concentración mengua y sólo se queda viendo el texto; hacer la tarea le toma mucho tiempo y a veces se va a dormir sin terminarla. Laura no conoce ninguna estrategia de lectura y no le gusta leer por placer.
Juan y Laura no son casos exagerados, son estudiantes reales que yo, personalmente, me he encontrado a lo largo de los años. Pero, ¿cuál es la diferencia? La diferencia es que a Laura no se le enseñó a leer desde kinder y ahora está en la etapa previa a la universidad. Ya entrando, Laura va a enfrentar muchos problemas por sus malos hábitos de estudio; su aprovechamiento en la universidad va a ser un fracaso. |