La mejor manera de tratar con el estrés se encuentra en tener el valor de enfrentar las cosas que podemos cambiar, nunca dejar problemas pendientes, sean económicos, familiares, de relaciones interpersonales o del el trabajo. El no responder a una situación que demanda respuesta genera estrés.

         Debemos aprender a tener ese estado de sosiego, paz y tranquilidad en las situaciones que no podemos cambiar, porque hay situaciones en nuestras vidas que van más allá de nuestras capacidades para cambiarlas.

         ¿Cuándo debemos buscar ayuda profesional? Esto tiene qué ver con una variedad de síntomas físicos y emocionales y también con otras enfermedades de este tipo, las cuales deben ser profesionalmente tratadas.

         Hay muchos medicamentos que podemos usar, con una aspirina o un paracetamol podemos controlar ese dolor de cabeza producido por el estrés; estos analgésicos pueden ayudar a combatir el dolor de cabeza tensional. Los antiácidos nos pueden ayudar a controlar el reflujo gástrico o los problemas estomacales que nos mantienen estresados físicamente. Los laxativos y el ingerir bastante fibra nos ayudan en problemas de estreñimiento o en problemas moderados de estrés estomacal, pero siempre debe ser consultado un médico.

         Sin embargo, los síntomas físicos del estrés que van más allá de lo normal lo vuelven severo: cuando nos despierta en la noche o cuando ya no lo podemos manejar. Hay médicos que pueden enseñarte a manejar el estrés, hay programas para reducir el estrés, la ansiedad e inclusive la depresión. Al tratar de reducir el estrés debemos tomar en consideración algunas estrategias:

• Ningún método sencillo, por lo general, es exitoso, se requiere una combinación para que haya un efectivo tratamiento.
• Lo que ayuda a una persona no necesariamente va a ayudar a otra.
• El estrés puede ser positivo, pero también negativo. El estrés controlado provee interés, nos mantiene emocionalmente más activos, nos motiva para alcanzar logros grandes en la vida.
• El estrés puede hacer más vulnerables a las personas a la enfermedad, por eso debe ser consultado con un profesional de la salud.

         Podríamos hablar de algunos métodos de reducción de estrés específicos, pero todo tiene qué ver con el estilo de vida que llevamos. Debemos ser ordenados en la alimentación, el ejercicio, el buen dormir y el saber resolver los conflictos con valor para que no se vuelvan un recurso de estrés o ansiedad.
        
         Hay gente que se desvela mucho, ingiere demasiada cafeína, por lo que sus niveles de hormonas de estrés siempre están elevados; no saben cómo reducir el estrés en sus vidas, no cuidan su alimentación, comen a deshoras o comen mal, su dieta es mayormente comida rápida y no le dan tiempo a la digestión. Esto genera problemas de acidez en el estómago, que genera estrés físico y pueden llevar a estrés mental, inclusive aquellos dolores de cabeza tensionales se pueden resolver con una higiene mental.

         Es imposible no preocuparse en esta vida. No estamos hablando de que no existan preocupaciones, de hecho el estilo de vida actual nos lleva a preocuparnos más de lo normal porque los precios, los problemas familiares, el desempleo, los salarios bajos, el tráfico, las distancias, la contaminación y las relaciones interpersonales se incrementan.

         Muchas veces ya no hay aquella paciencia para escucharnos, hay un actuar mecánicamente en las necesidades de los compañero de trabajo o de la esposa o el esposo; ya no hay esa sensibilidad, nos volvemos menos humanos y eso, obviamente, eleva los niveles de estrés.

         El estilo de vida saludable es un compañero esencial ante cualquier programa de reducción de estrés, si no hay un estilo de vida saludable, cualquier programa de reducción de estrés va a fracasar.