Los padres son quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño desinteresado, de conseguir el crecimiento de los hijos con su educación; que ellos puedan tener una educación de calidad y, por lo tanto, la educación también tenga un crecimiento que forme en ellos libertad y responsabilidad, lo cual solamente es posible de manera total en una familia integrada.

         Es la familia quien tiene el deber de la educación y son los padres quienes tienen la responsabilidad de decidir en la educación de sus hijos, principalmente cuando son pequeños. Son los padres quienes eligen la escuela, quienes ayudan a elegir a los amigos según el contexto social, quienes van creando una cultura familiar, como consecuencia de su estilo de vida, que es clave en todo el proceso de maduración de los hijos.

         Esto influye en la toma de decisiones de las personas adultas, pues se basan en las actitudes y valores aprendidos en sus primeros años de vida. En otras palabras, los primeros años de vida son la etapa más crucial pues son los años en los que se van a formar los fundamentos y valores que van a influir en la toma de decisiones de nuestros hijos, cuando sean adultos.

         De ahí la importancia de que nosotros, los padres, establezcamos una buena relación con la escuela a donde nuestros hijos asisten. La relación que se establece entre la familia y la escuela es muy especial, pues podríamos decir que la escuela es una extensión de la familia, ya que nuestros hijos pasan gran parte del día en ella.

         Imagínese, su hijo pasa 6 u 8 horas al día en la escuela, estamos hablando de casi la mitad del día invertido en la escuela y sin contar las 8 o 9 horas de dormir quedarían unas pocas horas en casa. ¡Cuánto hay que aprovechar esas horas para formar la relación de confianza entre la familia y la escuela!

         Esto se va a lograr en la relación familiar, la relación familia-escuela va a tener mucho que ver con la relación entre los miembros de la familia; esto implica una verdadera comunicación, donde los padres y maestros construyan canales de información y orientación sobre los hijos. En este sentido, la familia debe tener una actitud activa y participativa y así trabajar en conjunto para poder dar la mejor educación a sus hijos.

         Algunos padres de familia tienden a no acercarse a la escuela, sea por desgano, por temor, porque no están acostumbrados o porque quizás juzgan demasiado a prisa y recriminan a todos los maestros o al director. Esto va creando una desinformación por distanciamiento entre los padres y la escuela y cuando los padres no se acercan a la escuela la situación se agrava.