El papel de los padres en la educación de los hijos
Parte I

 

La disciplina en el hogar
 

  Otro aspecto importante a tomar en cuenta es la disciplina, de esto ya hemos hablado mucho en ocasiones anteriores. Los niños y los jóvenes están en la fase de distinguir lo correcto de lo errado, lo que está bien de lo que está mal; en este sentido necesitan tener normas claras.

         Disciplinar es diferente a castigar y quiere decir “establecer normas claras que deben ser seguidas como referencias que regulan el comportamiento” infantil en este caso. Tanto el establecimiento de unas normas muy estrictas o excesivas como la carencia de ellas perjudican el crecimiento emocional de los niños.

         Parte de la tarea de educar consiste en saber decir ‘no’. Es importante que los padres, de modo general, concuerden en respetar los límites que fueron impuestos en casa; para los niños es muy confuso cuando uno de los padres es muy tolerante y deja que sea el otro el que impone la disciplina, convirtiéndolo en el malo. Este es un error en el cual caen muchos padres varones, que delegan la educación de la familia a la mamá, como si ella fuera la única responsable de la educación en el hogar.

         Ahora bien, cuando esto sucede y la madre es quien está continuamente dando órdenes y aplicando disciplinas, el padre se convierte en el bonachón, el tolerante y la madre se convierte en la mala. El desacuerdo entre los padres tiende a confundir los límites entre los hijos, haciendo que no se respeten esos límites, pues sólo le hacen caso al más débil para salirse con la suya.

         El concepto moderno de disciplinar es un proceso de enseñanza-aprendizaje, en el cual los padres y los hijos funcionan como maestros y alumnos. Los padres necesitan estar conscientes de su papel, tomando en cuenta la importancia de la comunicación. La cualidad de un buen entrenador emocional es el amor, pero no un amor sentimental, romántico y pasajero, sino un compromiso y constancia en servir sin esperar nada a cambio, desinteresadamente.

         Cuando hay esto el entrenador emocional -papá y mamá- va a tener cariño, paciencia, optimismo y constancia. Es muy importante la comunicación entre padres e hijos cuando éstos están en la escuela, porque tenemos que aprender a ser flexibles, a dar explicaciones, a repetirlas y, principalmente, a escucharlos.

         Ser padre es estar presente en los momentos importantes, pero también establecer límites, o sea, disciplinar; cuando sea necesario, el padre debe reprimir las acciones negativas y, al mismo tiempo, intentar comprender los deseos y las emociones no reprimiendo éstos, sino más bien dirigiéndolos al uso correcto.

         Los niños educados con disciplina desenvuelven con el tiempo autodisciplina, pues aprenden a analizar las cosas, comienzan a desarrollar conciencia, identificando por sí solo los actos errados o equivocados que cometen. Los padres pueden ayudar a sus hijos en edad escolar a aprender y desarrollarse, pero a menudo están muy ocupados: pasan largas horas en el trabajo, gastan mucho tiempo en los traslados de la casa al trabajo, tienen muchas cosas que hacer en la familia y poco tiempo para hacerlas.

         ¿Te suena común esto? El hecho es que en la actualidad, los padres trabajamos más que en ninguna otra época; debemos aprender a hacer tiempo para la educación y la escuela de nuestros hijos, esto es un verdadero reto que debemos tomar los padres, no importa lo ocupado que estemos, debemos encontrar la manera de ayudar a nuestros hijos.

         Recordemos que la educación de los hijos en el ámbito académico no sólo es responsabilidad de los profesores; el papel de la familia y el rol de los padres en la educación son fundamentales.

¿Cómo ayudar a estudiar a nuestros hijos?
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©