Los adolescentes y la presión grupal
“Acerquémonos a nuestros hijos”

 

Entrevista en vivo
 

-Como siempre, hoy contamos con una sorpresa que, estoy seguro, nos será de mucha ayuda; nos acompaña la Lic. Ana de la Cuesta, quien además cuenta con una maestría en Educación y actualmente trabaja como consejera de jóvenes en crisis.

La licenciada nos explicará qué es lo que significa la presión grupal en los adolescentes. ¿Cómo ayudarlos a pasar por esa etapa difícil? Estoy seguro que este es uno de los principales problemas que afectan a nuestros adolescentes en el cruce de la niñez a la juventud y a la etapa adulta. Muchos adolescentes, aún sin darse cuenta, cruzan por esta etapa y son afectados por esta problemática.

Licenciada, es un gusto tenerla en este programa, bienvenida.

-Me da mucho gusto estar aquí con ustedes para compartir un tema de mucho interés. Hoy en día vemos como padres, educadores y todo tipo de personas se preguntan: “¿qué le está pasando a este adolescente? ¿Por qué cambia tan drásticamente?”

La rebeldía es prácticamente una característica de los adolescentes, no son adultos pero muchas veces quieren comportarse como tales, la relación con sus amigos es para ellos muy importante y a los padres se les comienza a ver, en algunas ocasiones, como enemigos. Algunas veces, mantener un equilibrio es difícil pero, ¿cuál es el problema?

Recientemente un conocido educador hizo una lista con todas las preguntas que los padres de adolescentes le habían realizado. Pero se dio cuenta que de todos los temas que preocupaban a los padres, el más frecuente era: ¿qué hacer con los malos amigos? ¿Qué hacer con la influencia y la presión grupal que está experimentando su hijo? ¿Por qué ha cambiado tan drásticamente?

Este tema surge dos veces más que cualquier otro, por lo que el educador decidió realizar un experimento muy interesante. En esa época él estaba trabajando con un grupo de adolescentes con problemas, muchos de ellos estaban distanciados de sus familiares, ya no querían hablar con ellos, llegaban a su casa a la hora que querían y habían tomado su propio camino; otros habían resuelto sus diferencias y estaban acercándose a sus familias nuevamente. El hombre le preguntó a estos adolescentes: “¿qué debo decirle a los padres para que sus hijos no tengan los problemas que tienen ustedes?”

Les pidió consejo en una cantidad de temas que los padres encuentran difíciles. En general, estos adolescentes le dieron buenos consejos; sin embargo, cuando les preguntó qué hacer acerca del problema número uno que preocupaba a los padres, ninguno supo qué contestar. Luego, les preguntó qué fue lo primero que los metió en líos, la respuesta que dieron ellos fue: “nuestros malos amigos, nuestras malas influencias, ellos nos metieron en las drogas, el alcohol, el sexo ilícito, el robo y la delincuencia; ellos fueron la causa de que nosotros termináramos como estamos ahorita.”

Entonces, el principal problema que preocupa a los padres acerca de sus hijos adolescentes son los malos amigos, igualmente a los profesores y educadores: “¿por qué está cambiando mi alumno? ¿Por qué era tan bueno y amable y ahora es rebelde y no me quiere traer la tarea ni viene a la clase?” Ahí hay un problema, la mayoría de las veces es algún compañero o amigo que lo está influenciando tanto que puede cambiar de un día para otro, en una semana su comportamiento puede ser totalmente contrario al que tenía.

La primera causa por la que los adolescentes se meten en problemas son sus malos amigos. Yo he tratado con muchos adolescentes y he observado sus cambios de comportamiento. Por ejemplo, un niño aplicado, cumplido con sus tareas, en cuestión de una semana cambió y ya no traía la tarea ni iba a su casa a tiempo; empezamos a buscar cuál era el problema, no entendíamos qué pasaba pero nos dimos cuenta que se estaba juntando con un compañero que lo estaba influenciando mal.

Ojala fuera sólo ese el problema, después se meten en problemas peores y terminan, muchas veces, muertos por causa de que ese amigo los llevó a las drogas, al alcohol, etc. Este problema es muy serio, muchos padres piensan: “anda con su amigo, ahorita viene”; sin embargo, tenemos que checar bien quienes son los amigos de nuestros hijos y con quienes anda.

Volviendo al tema del educador, la respuesta que los adolescentes le dieron cuando les pidió consejo para los padres fue: “no hay nada que ellos puedan hacer”. No hay nada que los padres puedan hacer cuando los muchachos ya tomaron su camino, ya no podemos intervenir ni los educadores, ni los psicólogos, ni los psiquiatras, porque ya el muchacho tomó ese camino. Pero, ¿cómo empezó? Con una mala amistad.

¿Cuáles son las causas? Una razón por las que los padres no pueden separar a sus hijos de los malos amigos es que el amigo, generalmente, tiene una relación más fuerte que ellos con su hijo. El amigo ha venido a ser como el padre del hijo, como su hermano; ese compañero íntimo al que le cuentan todas las cosas y le abren su corazón.

Hay un aislamiento muy fuerte de los padres, porque el padre llega a la casa y no platica con el hijo, ve la televisión y se duerme; entonces el hijo no encuentra en casa ese amigo. Como no lo encuentra en casa, tiene que salir a la calle, en la escuela o en la colonia, para encontrar ese amigo. Lamentablemente, no muchas veces se encuentra con el amigo ideal, sino con uno que le va a traer malas consecuencias.

Los padres juegan un papel muy importante, si no hay ese acercamiento entre su hijo y usted, hay un riesgo muy fuerte de que su hijo vaya a ser influenciado por los malos compañeros. Cuando un niño es pequeño, sus padres son la mayor influencia en su vida, ahí es donde tenemos la oportunidad más fuerte de influenciarlos, moldearlos como si fueran una plastilina en nuestras manos; se pasa esa edad y el niño se nos va de las manos.

Cuando los niños entran a la adolescencia ocurre un cambio. Una de los hechos naturales del crecimiento es la ruptura con los padres y el acercamiento hacia los amigos, esto es normal; si el vínculo del niño con sus padres es sano, ellos eventualmente renovarán ese vínculo. Esto sucede hacia el fin de la adolescencia, pero durante la mayor parte de ella, un niño normal estará más cerca de sus amigos que de su familia.

Otra razón por la que los padres no pueden separar a su hijo de los malos amigos es simplemente que uno no puede quitar lo que no puede reemplazar. Los padres no pueden reemplazar a los amigos de su hijo. El amigo ha llegado a tener una relación cada vez más cercana con él y el padre se ha alejado totalmente de ese hijo. Hay muy pocas cosas que uno puede hacer para separar a su hijo adolescente de los malos amigos y las malas influencias.

De más está decir que los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, así como los maestros queremos lo mejor para nuestros alumnos y les entregamos lo mejor que tenemos. Un padre se quitaría la comida de la boca para dársela a su hijo, todos podemos hacer lo mejor, pero ¿qué ocurre cuando nuestros hijos no eligen lo más adecuado para ellos? y ¿qué pasa cuando eso que eligen es una amistad contra la cual sentimos que no podemos luchar?

Cuando es difícil poderle quitar ese mal compañero, ahí ya no podemos luchar los padres ni los educadores. Generalmente, los padres son los primeros en darse cuenta que una influencia negativa está afectando a su hijo, dado el vínculo que tienen con ellos, el cual es más fuerte, afectivo y primario.

Continuación...
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©