-Licenciada Ana de la Cuesta, es interesantísimo el tema que está tratando, vamos a ponerlo de esta manera: los niños han basado su identidad en su relación con sus padres. Lo que los padres hacían, los niños lo aceptaban como correcto, veraz y apropiado; pero los cambios físicos e intelectuales que se ponen en marcha al llegar a la pubertad, los van presionando hacia la adultez y los amigos sirven de parada intermedia entre la dependencia de la infancia y la independencia de la interdependencia del adulto.

En otras palabras, una presión interna que hace que el joven sea más susceptible y sensible a la presión de sus amigos es el que ellos no tengan una buena comunicación y una dependencia hacia sus padres. En esa etapa, todos los padres nos sentimos un poco incapaces y confundidos sobre los cambios que acontecen en nuestros hijos y queremos tratar de solucionarlos, pero ignoramos cómo llegar al fondo del problema. Ese es un punto que usted está tratando de forma magistral; explíquenoslo un poco más.

-Claro, le quiero contar el testimonio de una joven llamada Emily, yo la estuve tratando y después de muchas consejerías nos dimos cuenta que ella había conocido a una mala amiga. Esa ‘amiga’ la influenció a caer en las drogas, en el alcohol y en el sexo antes del matrimonio. Ella era una niña de casa, buena, sus padres le daban todo lo necesario y la llevaban a una buena escuela, pero se empezó a juntar con una compañera que le enseñó pornografía y todo tipo de maldades. Juntas iban y vean lo peor e iban a los peores lugares.

Un día esa amiga le dijo: “vámonos a una fiesta, no le debes decir a tus papás a donde vas”. Llegaron a ese lugar y ahí ella fue abusada sexualmente, perdió su virginidad y eso le causó un trauma muy grande, porque no tenía a quien contárselo, no se lo quería contar a nadie. Eso trajo una herida muy grande a su alma y empezó a cambiarla en otra mujer, se volvió otra persona y sus padres lo notaron. Había mucha rebeldía, después de haber sido muy obediente, limpia y decente; después que tuvo esa mala influencia, su alma se laceró.

-Licenciada, entonces aquí hay un problema muy grave que nos compete a todos, desde nuestros hijos hasta los preciosos hijos de nuestros radioescuchas y de todos aquellos que están poniendo atención a este programa. Podríamos decir que hay efectos del problema de la presión grupal, yo me pregunto porqué esta joven se dio y se entregó a la relación sexual premarital, sabiendo que en casa tenía una atmósfera muy agradable, sus padres le habían inculcado buenos valores y no le hacía falta absolutamente nada. Yo creo que la respuesta es que la presión de los amigos impulsó a la joven a hacer experimentos con actitudes y conductas que, de otra manera, no le interesarían.

Su primera bocanada de humo, su primer cigarrillo, su primer trago de alcohol o su primera exposición al material pornográfico, como usted lo menciona, fue llevada porque no quería perder esa amistad. Como un pacto de amistad: “Yo quiero ser tu amiga, quiero ser aceptada en tu grupo, no quiero que me vean como rara, tengo que aceptar lo que me propones para no verme aislada del grupo de mis amigos.”

Estoy seguro que las consecuencias después de esta experiencia fueron temor y frustración; se sintió atrapada para recibir aceptación de sus amigos, pero luego vino una frustración o, inclusive, depresión porque hizo algo que no estaba conforme a su conciencia y a lo que había vivido en casa. Entonces vino la confusión, la amenaza y la presión; la necesidad de sentirse amada, querida o aceptada por el grupo la llevó a aceptar esa relación sexual, pero para ella fue muy traumática.

No sé si tenga algo más que comentar en cuanto al tema que estamos tratando, Licenciada.

-Claro que si, como le decía, nosotros como padres queremos lo mejor para nuestros hijos, nos desvelamos por ellos, pero qué ocurre cuando nuestros hijos no escogen lo más adecuado para ellos y qué pasa cuando eso que eligen es una amistad contra la cual sentimos que ya no podemos luchar.

Los padres de Emily no podían luchar contra esa amistad, ella se había hecho muy amiga de esta muchacha y no se quería deshacer de su amistad. El resultado fue que tuvo relaciones sexuales antes del matrimonio y eso le causó una depresión y rebeldía, sus padres notaron ese cambio y la muchacha ya no quiso estar sujeta a ninguna autoridad de ellos.

Los padres, generalmente, son los primeros en darse cuenta de que una amistad negativa está afectando a sus hijos, pero ya no podemos hacer nada cuando ellos ya han entrado en esa relación con sus amigos, en esa presión social y cuando los amigos los están influenciando.