-Licenciada, de verdad le agradecemos ese punto que ha tocado, porque estoy seguro que muchos de nuestros radioescuchas se estarán preguntando: “bueno, ya entendí que la presión grupal es un daño, pero ¿qué hago ahora?” Usted nos ha dado una herramienta: conocer a los amigos de nuestros hijos. Puede ser invitarlos a una cena, a una parrillada a que coman algo, a un partido de fútbol o simplemente a ver una película en casa y tratar de conocerlos y darles confianza.

Así sabrás si uno tiene problemas en su casa, si alguno está metido en las drogas por su apariencia, si algunos fuman o toman, etc. De verdad le agradecemos esto, ¡necesitamos herramientas! ¿Tiene alguna otra herramienta que pueda ayudarnos a conocer las amistades de nuestros hijos y valorarlas? Para, entonces, poder decirle a nuestro hijo: “esta amistad te conviene y te voy a apoyar, pero esta amistad no te conviene y no te voy a apoyar”. Esto en una base de amor, aceptación y confianza, no como una ley déspota y anárquica.

-Claro que sí, es muy importante no atacar a los amigos de su hijo. Cuando su hijo anda en mala compañía y su influencia sobre él es mínima o inexistente, lo último que usted necesita es un enemigo. Si usted ataca al amigo de su hijo, eso es precisamente lo que conseguirá, un enemigo. Este enemigo ahora irá contra usted y tendrá más influencia sobre su hijo que usted. Por eso es importante, de una manera amigable, conocer a los amigos de su hijo.

No servirá de nada pedirle a su hijo que no le cuente a su amigo las cosas, si usted habla mal del amigo, esa persona lo sabrá minutos después de que las palabras salgan de su boca; habrá hecho un enemigo en un momento en el que necesita todos los aliados posibles. Eso no significa que no pueda criticar su comportamiento, pues justo y razonable decirle a su hijo que no le gustan las cosas que su amigo está haciendo; sin embargo, no lo ataque en forma personal. Hay que tener mucho tacto, ser prudentes y saber cómo tratar a nuestros hijos y a sus amigos.

También es muy importante buscar ayuda; como parte de su crecimiento, su hijo está tratando de separarse de usted y forjar su propio camino y no contar con usted. Esto es normal; sin embargo, esta separación sólo lo incluye a usted, no incluye otros adultos, esto le da la oportunidad de influir sobre su hijo de manera indirecta.

Debe tratar de encontrar un adulto o un joven responsable que tenga una buena relación con su hijo, puede ser un miembro de su familia extendida, alguien en la escuela o en la comunidad. Puede pedirle a esta persona que mantenga el contacto con su hijo y trate de dirigirlo siempre que sea posible; su hijo necesita confiar en alguien, ya cuando no quiere confiar en usted y la relación se ha hecho muy difícil, necesita confiar en alguien. Es mucho mejor que confíe en un adulto a quien usted conoce.

Debe recordar que si su hijo confía en un adulto responsable, usted no debe presionar a esa persona para que le revele sus conversaciones; usted tiene derecho a obtener alguna información general, como si su hijo está bien o si está pasando por un momento difícil, pero no presione ya que podría dañar la relación y, por ende, a su hijo. Conocer a los amigos de su hijo es un consejo arriesgado, podríamos decir, pero generalmente funciona bien, usted debería conocer a los amigos de su hijo personalmente.

Puede sacar buenas ventajas de esto, tal vez descubra que los niños con los que su hijo se junta no son tan malos como pensaba. La adolescencia es difícil para todos, todos los niños tienen problemas en esos momentos. Es muy posible que descubra que los amigos de su hijo son niños que, básicamente, están pasando malos momentos. Usted podrá descubrir no solamente qué está pasando con su hijo sino también con los amigos de su hijo.