Comportamientos que denotan confianza y responsabilidad
en nuestros adolescentes

 

Gana la guerra y olvídate de las batallas
 

Algunas veces es mejor perder unas cuantas batallas pero ganar la guerra. Es más importante que tu adolescente experimente las consecuencias de su comportamiento que lo que sería para ti el que las tareas o responsabilidades sean realizadas. Por ejemplo, tú le dices: “no puedes salir hasta que no recojas todo lo que has tirado en la sala”. Él te contesta: “no me importa, no quiero ir a ningún lado, voy a ver la televisión”. Entonces tú piensas: “¿qué voy a hacer ahora?”. La respuesta es nada; la regla se pone.

         Hay varias cosas que deberás estar tratando de lograr:

  1. Hacer que el adolescente esté alerta de que habrá dos consecuencias diferentes a su comportamiento: positivas, si guarda las reglas y negativas si las desobedece.
  2. Enseñarlo a que él es responsable por su comportamiento.
  3. Enseñarle que tú vas a hacer lo que él te diga que hagas, que vas a seguir al pie de la letra las consecuencias que él decida, las consecuencias dependen totalmente de sus acciones.
  4. Hacerlo que cumpla con sus responsabilidades al momento.

         “Si no recoges las cosas que tienes tiradas en la sala, tú me estás diciendo que no quieres salir y yo voy a asegurarme de que eso pase. Si lo recoges, me estás diciendo que sí quieres salir y yo voy a hacer que eso se cumpla”.

         Algunas veces los padres luchan constantemente con el adolescente, tratan de ganar cada batalla forzando al muchacho a hacer lo que ellos quieren que haga. Aunque al momento ganen cada batalla, el adolescente no desarrollará ningún comportamiento de independencia ni de responsabilidad.

         Tú podrás ver esto como un: “yo perdí y él ganó”, pero es muy importante que el muchacho experimente las consecuencias de su comportamiento. En algunos comportamientos será más importante el que obedezca y haga las cosas, pero si experimenta las consecuencias de su comportamiento el día de hoy, podrás hacer que él coopere el día de mañana.

         La mayoría de las veces puedes olvidarte de las batallas y enfocarte en la guerra. No te pongas a discutir sobre quién es el que manda, estás tratando con un adolescente y debes ejercer una fuerza diferente de control que la que usarías con un niño pequeño. Para esto es necesario mantener una relación eficiente y práctica. Algunas personas hacen cosas para ti porque existe una relación que se ha formado durante un tiempo o porque tú has sido bueno con ellos. Otras personas podrían ver esta buena voluntad como una debilidad que puede ser explotada y utilizada.

         Muchos contratos en los negocios tienen reglas que deben ser seguidas para poder experimentar las consecuencias. Nunca le digas al adolescente: “voy a comprarte los juegos que me has pedido y por esto quiero que mejores en la escuela”. El adolescente necesita las reglas y expectaciones, los reglas y consecuencias de lo que haga y que se las digas por adelantado. Las consecuencias deben de ocurrir después que haga lo que les has dicho y no antes.

         Mantén una relación eficiente y práctica, así podrás obtener mayor respuestas. Evita aplicar severas, largas o mayores consecuencias a sus comportamientos. Algunos adolescentes aprenden responsabilidad al estarles poniendo las mismas consecuencias cuando no hacen ciertas cosas; en lugar de no permitirles que usen el teléfono por un mes en una sola restricción, sería mejor el que no usaran el teléfono 20 veces en varias restricciones.

         Los castigos severos, duros o largos usualmente trabajan con muchachos que primero cambian de actitud. Por ejemplo, si tú le quitas el privilegio de hablar por teléfono a tu hijo por un mes, los muchachos que primero cambian de actitud se irían a su cuarto todas las tardes y pensarían: “qué cosa tan tonta hice, no puedo hablar con mis amigos, es muy aburrido no poder hablar por teléfono”.

En otras palabras, podrás obtener que ellos piensen en lo que han hecho y en las consecuencias que han experimentado. Al hacerlo de esta manera con los muchachos que primero cambian de actitud, puede ayudar a que ellos cambien su actitud o que tengan una nueva actitud.Por otro lado, los muchachos que primero debe ser establecido su comportamiento, extrañarían el uso del teléfono por el primer día y el segundo y luego se adaptarían a la situación y no hablarían por teléfono o irían a la tiendita de la esquina y ahí usarían el teléfono público.

         Si aplicas mayores, largas o duras consecuencias, esto no afectará a algunos adolescentes. El que ellos reprueben una materia o que tengan que ir a la escuela en los cursos de verano, no cambiará mucho su comportamiento. Aunque tenga que ir a la escuela durante las vacaciones, él no haría sus tareas una docena de veces y, la consecuencia mayor de ir a la escuela de verano, no cambiará su actitud en cuanto a hacer su tarea.

         Es mejor para este tipo de personas que el padre cheque con la maestra cada mes si el muchacho ha completado toda su tarea y trabajo en la escuela y se le apliquen consecuencias positivas si lo ha hecho; si no ha completado su tarea pueden venir consecuencias diferentes. El actuar de esta manera durante varias veces es más efectivo que ponerle una consecuencia larga.

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