Cómo restablecer la confianza Parte II

 

La responsabilidad de los padres
 

Nosotros, como padres, somos modelos muy poderosos para nuestros muchachos, ellos aprenden tanto los buenos como los malos comportamientos al observarnos y al ver como resolvemos los problemas, como tratamos con ciertas situaciones o interactuamos con personas. Si tu adolescente te ve actuando de una manera irresponsable o mostrando una falta de control interno, hay una fuerte probabilidad de que él aprenda ese tipo de comportamiento. Muéstrale acciones responsables.

         Es importante asignarle quehaceres, una gran cantidad de padres piensan que el que los adolescentes realicen los quehaceres o deberes en la casa es de suma importancia para desarrollar responsabilidad en ellos. Sin embargo, darle deberes en la casa no desarrollará, por sí mismo, responsabilidad pero si ayudará; cuando se les asignan tareas no sólo se les debe decir lo que se espera que hagan, sino cuales serán las consecuencias si no realizan esas tareas.

         El uso de consecuencias lógicas o naturales puede estar centrado alrededor de los quehaceres, tú le dices a tu muchacho: “esta es nuestra casa y todos somos responsables por lo que se haga en ella. Si tú te retrasas en tus quehaceres o no los haces, significa que alguien más lo tendrá que hacer, otra persona tendrá que usar sus fuerzas y energía para terminar tus responsabilidades y tendrá menos tiempo para hacer otras cosas.” Si el adolescente no puede hacer quehaceres en la casa para ayudar a los otros miembros de la familia y hacer que las cosas sean más fáciles para todos, entonces el resto de la familia no hará cosas que le ayuden al adolescente.

         Los quehaceres pueden ayudar a desarrollar disciplina propia y responsabilidad, pero también pueden enseñarlos a manipular a sus padres si éstos no monitorean constantemente sus comportamientos. Un quehacer del adolescente es limpiar su cuarto antes de que salga el sábado; sin embargo, lo haga o no lo haga se les permite salir. Si esto está pasando, los padres están promoviendo un comportamiento inapropiado y una falta de responsabilidad.

         Al asignarle quehaceres debes ser muy específico, definir exactamente qué quieres decir con limpiar el cuarto o recoger la cocina. También tienes que especificar las consecuencias de este tipo de comportamiento por adelantado, porque para tu adolescente limpiar su cuarto puede ser algo muy diferente a lo que para ti es. Una vez que la regla y la consecuencia le son puestas, debes tratar con la falta de conformidad -o sea, el que ellos no quieran hacerlo- hay que tratar este asunto de manera muy calmada y práctica. Debes aplicar las consecuencias específicas en lugar de darles explicaciones o sermones.

         Distribuye los quehaceres por igual entre todos los hermanos, esto evitará argumentos como: “yo estoy haciendo más trabajo que mi hermano” o “mi hermana tiene un trabajo más fácil que el mío”. Por ejemplo, darle de comer al perro tiene un valor de 1 punto; barrer la cocina y actividades similares tienen un valor de 2 puntos; barrer la sala y el comedor, recoger la ropa que se lavó y otros quehaceres pueden tener un valor de 3 puntos; y lavar el baño puede valer 4 puntos. Al asignar valores a las actividades los muchachos pueden sentir que el sistema es justo y que nadie está haciendo más quehaceres que otros.

         Otra manera de crear una situación justa entre los hermanos en lo relacionado a los quehaceres de la casa es variar las actividades, o sea, ciertos días a uno le toca una actividad y otros días le toca a otro. En un calendario puedes escribir el nombre del muchacho o muchacha el día en que le toca hacer cierto quehacer. Por ejemplo, si tienes 2 muchachos y uno de los quehaceres es alimentar el perro, puedes alternar los nombres en un calendario; cuando sea la hora de alimentar al perro sólo hay que checar en el calendario a quien le toca hacerlo.

         Al usar este método un muchacho no se siente como si hubiera alimentado al perro 10 veces, por cada vez que su hermano hace un sólo quehacer. Cuando, como una familia, tú establezcas los métodos que vas a usar para compartir los quehaceres, pon determinado tiempo para que se hagan y usa una agenda para que trates con ellos y veas cómo va funcionando todo en la casa.

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