Las amistades

 

¿Qué hacer cuando tu hijo elige malos amigos?
 

Vemos por qué las amistades pueden ser profundamente una gran influencia para cambiar para mal o para bien a tu hijo. Recuerda que las malas compañías corrompen las buenas costumbres. Cuando nuestro hijo está rodeado de malas conductas y en su grupo es lo normal, con tal de ser aceptado en el grupo él copiará las malas costumbres.

         Por eso es muy importante que descubras qué le atrae a tu hijo de esa amistad y por qué lo encuentra tan admirable; trata de reflexionar con él acerca de la amistad en general y luego de cierto amigo en particular. Los adolescentes sufren la presión grupal, se sienten obligados a copiar el comportamiento del amigo. ¿Qué debes hacer cuando tu hijo adolescente elige malos amigos?

         Recientemente un conocido especialista en educación hizo una lista con todas las preguntas que los padres de adolescentes le habían realizado. Se dio cuenta que de los temas que preocupan a los padres, el que surge más seguido es ¿qué hacer con los malos amigos?

         Este tema surge dos veces más que cualquier otro, por lo que el educador decidió realizar un experimento muy interesante. En esa época él estaba trabajando con un grupo de adolescentes con problemas, muchos de ellos estaban distanciados de sus familias, otros habían resuelto sus diferencias y estaban acercándose a sus familias nuevamente. El hombre le preguntó a estos adolescentes: “¿qué debo decirle a los padres para que sus hijos no tengan los problemas que tienen ustedes?”

         Les pidió consejo en una cantidad de temas que los padres encuentran difíciles y en general, le dieron buenos consejos; sin embargo, cuando les preguntó qué hacer acerca del problema número uno que preocupaba a los padres, ninguno supo qué contestar. Luego, les preguntó qué fue lo primero que los metió en líos, la respuesta que número uno fue: “los malos amigos”.

         La primera causa por la que los adolescentes se meten en problemas son los malos amigos. La respuesta que los adolescentes le dieron cuando les pidió consejo para los padres fue: “no hay nada que ellos puedan hacer”. Cuando las amistades de nuestros adolescentes son buenas tendremos hijos que adquieren buenas costumbres, cuando éstas son malas tendremos hijos que se sienten obligados a copiar el comportamiento del amigo sea bueno o malo, con tal de ganar su aceptación.

         Quiero contar el caso de un padre de familia que se acercó a uno de nuestros consejeros y le comentó que su hijo siempre había sido un hijo modelo, respetuoso y amable; sin embargo, le preocupó que cuando entró a la preparatoria o bachillerato empezó a notar que, con un poquito más de edad, cambió su conducta paulatinamente. Se volvió más aislado, notó que se sentía más ligado a sus amigos y menos ligado a su familia. Este padre trató de abordar al hijo pero el hijo no le dio ninguna respuesta, simplemente le dijo que todo estaba bien.

         Pasó el tiempo y el padre pensó que las palabras de su hijo eran sinceras, pero siguió viendo que las costumbres de su hijo, los gustos por la música, las llegadas tarde, la ira, el enojo y la rebeldía empezaron a brotar en él; ya no era el muchacho sumiso y obediente que hacía todo lo que sus padres le decían, ahora se rebelaba. El padre no encontraba el porqué del cambio, entonces el consejero le dijo: “¿ha notado usted quiénes son los nuevos amigos de su hijo?”. “No”, contestó el padre, “normalmente el hijo solía juntarse con los niños del barrio, pero ya no se junta con ellos”.

         El consejero le dijo, simplemente: “enfóquese en las nuevas amistades de la escuela y usted podrá ver que el problema que está surgiendo con su hijo se llama presión grupal”. Presión grupal, una palabra quizá nueva o que estaba sepultada y no se entendía, produce cambios dramáticos en el deterioro de las buenas costumbres que les diste a tus hijos o que solían tener en su infancia o su pubertad.

Las malas compañías corrompen las buenas costumbres
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