Moldeando el carácter de los adolescentes Parte II

 

La importancia de la personalidad y el ejemplo
 

Castigos, regaños críticas y atención negativa pueden ser ineficaces e incluso pueden empeorar la situación. Como adultos, tú y yo tratamos a nuestros amigos y a otros adultos conforme a la personalidad de cada uno, esta capacidad a menudo se pierde o es ignorada cuando se trata de nuestros muchachos. Para algunos tipos de personalidad el castigo es suficiente para controlar o modificar el comportamiento pero para otros, el castigo, los regaños o las críticas puede que no funcionen del todo o que funcionen sólo por un corto periodo de tiempo.

         Esto es una realidad mayormente en personalidades tercas, los que siempre hacen lo que quieren, las personalidades que constantemente buscan el placer; en estos casos otras maneras de tratar a los adolescentes como el usar las recompensas o ignorar ciertos comportamientos deben ser usadas porque, en este caso, el castigo como principal método de control no será efectivo.

         Por lo regular, los niños desarrollan ciertos tipos de comportamientos cuando crecen; esos pequeños que parecen ser tan buenos, que siempre escuchan, que nunca dan problemas y son muy obedientes, en algún momento entre los 11 y 14 años de edad, ese comportamiento de extrema obediencia cambia dramáticamente. Al muchacho ya no le importan las instrucciones de sus padres y el enojo que por años se ha estado desarrollando, de repente sale a flote y es expresado a través de los comportamientos pasivo-agresivos descritos anteriormente.

         Además, es importante que aprendas que el muchacho puede actuar como tú. Mi respuesta a los padres que me dicen “cada vez que le pego a mi hijo él me regresa el golpe, ¿qué es lo que debo hacer?” o “cada vez que le grito a mi hija ella me grita a mí” es: “no le pegues a tu hijo, no le grites a tu hija”. Los muchachos aprenden ciertos comportamientos al observar a otras personas, esto es la teoría llamada ‘modelo de aprendizaje’.

En otras palabras, los padres sirven de modelo para que se formen los comportamientos en los niños, los muchachos expuestos a ciertos comportamientos de los padres los imitarán y posteriormente los usarán al tratar de solucionar problemas y de interactuar con otros. Si tú le hablas a tu adolescente o a tu esposa con gritos o discutiendo, tu muchacho va a aprende a hablarte de la misma manera a ti, a sus hermanos o a sus compañeros; si tú le pegas o usas el temor o la intimidación para controlarlo, ellos también usarán esas técnicas contigo. En muchos muchachos que muestran comportamientos agresivos se ha encontrado que los padres han usado esos mismos métodos negativos para tratar con ellos.

         No es que el muchacho se esté comportando de cierta manera para obtener regaños o castigos, sino que actúa así para obtener cierta reacción de los padres; el oponerse constantemente a los padres, la terquedad, la resistencia a obedecer y el decir las cosas entre dientes son maneras pasivo-agresivas de expresar enojo. Portarse mal, en cierta manera, para obtener una reacción de parte de los padres es, algunas veces, no planeado conscientemente. Un método para tratar con este tipo de comportamiento es, simplemente, ignorarlo.

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